Verano y Cistitis ¿?

cistitis

   Cuando llega el verano una gran cantidad de mujeres empiezan a temer la llegada de la gran temida “cistitis”. 

   La cistitis, como su término médico indica, es una inflamación de la vejiga, en la cual, la mayoría de las veces su origen es una infección, denominándose así infección urinaria de las vías bajas. Por el contrario cuando se trata de una infección de vías urinarias altas (riñón) se denomina pielonefritis.

cistitis

¿Cuáles son las causas?

   Comúnmente muchas personas creen que la cistitis se contagia por orinar en baños públicos, mala higiene de nuestra pareja, por dejarnos el bañador mojado e incluso por tener estrés o frío. Pero nada de ello tiene que ver con la causa, los principales culpables de que padezcamos cistitis son los gérmenes.

   Los gérmenes habituales que causan esta infección son los que proceden de las heces, las enterobacterias, destacando como protagonista absoluto el Escherichia Coli, llegando a causar hasta un 85% de las infecciones no complicadas en mujeres sexualmente activas. No obstante no es la única enterobacteria causante de esta infección urinaria, otras comunes son: Proteus, Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter, Pseudomona, Serratia, Stafilococo Streptococo Faecalis, y destacando en este grupo está Stafilococo Saprofiticus ya que causa el 15% de las infecciones en mujeres sexualmente activas.

¿Qué sintomatología produce?

 La cistitis produce tenesmo, es decir, una sensación continua de tener que orinar. Sientes que tu vejiga se encuentra llena cuando en realidad no es así, salen unas gotitas y en la mayoría de las veces con bastante dolor, escozor o ardor, es lo que denominamos disuria.

    En alguna que otra ocasión podemos encontrarnos con sangre en la orina , hematuria, que es signo de que algún vaso sanguíneo de la pared de nuestra vejiga se ha roto debido a la inflamación.

cistitis

¿Cuáles son los factores de riesgo?

   Podemos encontrarnos diferentes factores de riesgo como son los demográficos (pobreza, situación socio-económica, situación sanitaria), urológicos (sondas, anomalías, cálculos, obstrucciones,etc), médicos (diabetes, inmunosupresión).

   Aunque observamos muchos factores de riesgo hay algunos que son más predisponentes como son:

  • Diabetes
  • Infección en niños y reflujo vésico-renal
  • Embarazo
  • Litiasis infecciosa
  • Obstrucción

¿Qué medidas podemos tomar para prevenir la cistitis?

   Podemos usar las siguientes medidas de prevención:

  • Mejorar la transpiración de la zona usando braguitas de algodón o evitando prendas demasiado ajustadas.
  • Orinar cada 2-3 horas y tras mantener relaciones sexuales de cualquier tipo.
  • Beber una cantidad de líquido al día considerable, de 1,5L a 2L.
  • Tener una higiene adecuada de esta zona evitando los excesos, como el uso de toallitas húmedas, exceso de lavados, exceso de fricción con el papel higiénico.
  • Limpiarnos tras orinar desde la vulva hacia el ano para evitar la migración de las bacterias que se realiza al hacerlo en el orden inverso.

¿Qué puede hacer la fisioterapia ante los síntomas urinarios producidos por la cistitis?

   En estudios como el de Claudia Rosenblatt Hacad et al. se ha demostrado que la terapia manual y el biofeedback junto con la realización de ejercicios posturales basados en el movimiento de la pelvis y en la respiración, han mostrado una mejora significativa en los síntomas urinarios así como en el dolor producido por el mismo.

   Podemos encontrar información más detallada en el siguiente enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35838507/

Y ahora que sabes todo esto … ¿sigues pensando que la cistitis es cosa del verano?

Fisioterapia en la menopausia, abordando la sexualidad en el síndrome genitourinario

menopausia

   La menopausia se define retrospectivamente como el cese de la menstruación espontánea por 12 meses, que, en la mayoría de las mujeres sucede entre los 49 y los 52 años. Por lo que, según la esperanza de vida, la mujer pasará un 40% de su vida en posmenopausia o climaterio.

mujeres adultas

   La mayoría de las disfunciones sexuales en la menopausia vienen mediadas por la sequedad vaginal (por déficit estrogénico) y la falta de deseo (oscilación de las hormonas entre otros factores).

   Además, debido al proceso sistémico de la menopausia, si hay cualquier disfunción abdominal o perineal previa a este periodo, los síntomas de esta pueden ser más pronunciados a partir de ese momento.

¿Qué pasa con nuestro suelo pélvico después de la menopausia?

   El suelo pélvico está implicado en la respuesta sexual, (sobre todo el plano muscular superficial), en las sensaciones eróticas, en la lubricación y en las sensaciones físicas del orgasmo, entre otros.

   El periné tiene receptores estrogénicos y cuando ellos disminuyen se pueden sufrir algunos déficits que pueden acarrear algunas consecuencias como las descritas en el siguiente cuadro:

Déficits

Consecuencias

–        Disminución de la elasticidad

–        Puntos gatillo

–        Combinaciones de hipo-hipertonía

–        Descenso de la fuerza

–        Disminución de los reflejos

–        Aparición de dolor asociado al coito (dispareunia) superficial

–        Dispareunia profunda

–        Anorgasmias

–        Trastornos de la excitación

¿Qué interviene en el proceso?

escala nivel estrógenos

   En este proceso se produce un cambio y oscilación en las hormonas predominantes del ciclo menstrual:

  • FSH
  • LH
  • InhibinB
  • Oestradiol: estrógenos, el que va a marcar esta transición hacia la menopausia.

   Y van a influir varios factores: tabaquismo, enfermedades asociadas, medicamentos, estrés, las relaciones de pareja…

¿Qué efectos va a tener en nuestro organismo?

   El descenso de estrógenos va a tener efectos a:

  • Nivel cerebral- encefálico: en la producción de LH, FSH, GnRH
  • Nivel pélvico- uterino: disminuye la síntesis de estrógenos, no se sintetiza igual la progesterona y el ovario va dejando progresivamente de producir ovocitos.

   Para entenderlo, necesitamos saber que prácticamente todas las células de nuestro cuerpo tienen receptores de estrógenos, con características proliferativas (media en la activación de muchas funciones de nuestros organismos), por lo que hay funciones de nuestro cuerpo se van a ver afectadas, no solo a nivel pélvico o genitourinario, sino a nivel sistémico y global.

¿Cuáles son los signos y síntomas?

   Tenemos cambios físicos normales por la oscilación de los neurotransmisores: a nivel de piel, pelo, vasomotores y del sueño, metabólicos, óseos, etc.

   En esta publicación, abordamos los síntomas genitales. Estos neurotransmisores:

  • Modulan el pH de la vagina.
  • Modulan el fujo sanguíneo vaginal.
  • Se encargan de la renovación de la capa mucosas, calidad y elasticidad del tejido conjuntivo perineal.
  • De la respuesta genital a estímulos sexuales.
  • Y producen cambios en la lubricación genital.

   Es importante reconocer los cambios a corto y a largo plazo y en caso de que persistan conocer las herramientas para poder paliar estos síntomas

¿Qué es el síndrome Genitourinario?

    O antes llamado atrofia vaginal, es un síndrome que asocia síntomas que afectan a la salud sexual + síntomas uroginecológicos.

    El descenso de síntesis de estrógenos no es solo causado por la menopausia, ni es común a todas las mujeres, el problema es la normalización de estos síntomas debido a la alta prevalencia.

   La clínica que puede presentar es variada: paredes vaginales más pálidas y pérdidas de pliegues, pérdida de elasticidad, molestas o dolor en las relaciones, prurito, ardor, sequedad vaginal, disminución de la lubricación, urgencia urinaria, mayor frecuencia urinaria, sangrado postcoital, cambios en el pH vaginal…

   Y esto, como consecuencia:

  • Produce un condicionamiento de la calidad de vida.
  • Descenso de la calidad de las relaciones y la actividad sexual.
  • Decrece la líbido, déficits en el orgasmo y en las sensaciones eróticas.

    ¿Cómo lo abordamos desde la Fisioterapia?

    Proporcionamos a la mujer información y conocimiento, desde la educación sexual, trabajando el empoderamiento, para que podamos liderar nuestra propia sexualidad, y la sexualidad compartida.

   Recomendamos mejorar el estilo de vida, mantener una vida sexual activa (la excitación sexual y el orgasmo aumentan la vascularización de los tejidos y el coito ayuda a renovar la capa basal de la mucosa vaginal); evitar la obesidad; hacer ejercicio y dejar el tabaco.

   La primera línea de terapia es el uso de hidratantes vaginales en la vida cotidiana y lubricantes en la actividad sexual, para ello, es importante escoger un buen producto.

   El tratamiento con Radiofrecuencia tiene resultados prometedores, mejorando la síntesis de tejido conectivo y mejorando la función, como muestran los primeros estudios.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6372847/

   En este post de nuestro blog explicamos en que consiste la radiofrecuencia: https://mubesfisioterapia.com/radiofrecuencia-en-suelo-pelvico/

   Entrenando el suelo pélvico, mediante ejercicios de la musculatura perineal y combinarlo con terapia manual como el uso de dilatadores vaginales, esferas vaginales o vibradores, dependiendo de la paciente que tengamos en consulta, con esto conseguimos mejorar la elasticidad de los tejidos, la relajación y la tonificación muscular, disminuyendo la dispareunia (dolor en las relaciones), y con ello aumentando la calidad de vida y la satisfacción con la vida sexual.

   El ejercicio físico va a mejorar la respuesta sexual, mejorando la síntesis hormonal y de neurotransmisores y con ello la respuesta fisiológica de la excitación y los índices de deseo sexual.

 

 

 

 

 

¿Es el colecho una práctica segura?

Colecho

¿Qué es el colecho?

   Es una práctica que consiste en compartir cama con el bebé uno o ambos progenitores. Puede ser en la misma cama o en camas continuas. En culturas como en Japón es una práctica muy realizada, donde los porcentajes de síndrome de muerte súbita del lactante está entre las más bajas del mundo. 

    Las recomendaciones de la AEP (Asociación Española de Pediatría) es compartir habitación al menos por 6 meses. Esto ayuda a promover la lactancia materna y además reduce el riesgo de muerte súbita del lactante. 

https://www.aeped.es/sites/default/files/1-colecho_unicef.pdf 

¿Cualquiera puede realizar colecho?

   Existen algunas situaciones en las que esta practica no está recomendada, y son tales como:

  • Padres fumadores.
  • Tomar alcohol.
  • Tomas drogas.
  • Medicación que de somnolencia.
  • Tener alguna enfermedad que afecte a tu nivel de conciencia.
  • Estado de cansancio excesivo.
  • Dormir en un sillón o silla.

   Estas situaciones han sido estudiadas por el antropólogo James Mckenna y no deben ser confundidas con todas las practicas de colecho.

https://www.naturalchild.org/articles/james_mckenna/sleeping_safe.html 

¿Cómo previene el colecho el SMSL?

   SMSL – Sindrome de Muerte Súbita del Lactante.

   Existe un intercambio sensorial durante la práctica del colecho que estimula al bebe, éstas son tales como; sentir el tacto de los padres, escuchar sus sonidos y respiraciones, mantener una temperatura adecuada, percibir el olor de sus padres y sentir sus movimientos. 

¿Cuáles son las recomendaciones para el colecho?

   De acuerdo a los más actuales estudios, las recomendaciones están basadas en la co habitación, que consiste en compartir habitación pero no misma cama que el bebé.

   Estas recomendaciones son:

  • Promover lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida.
  • Compartir habitación, pero no cama, que el bebé duerma en su cuna junto a la cama de los padres.
  • En caso de compartir cama, situar al bebé al lado de uno de los padres, no en medio de ambos.
  • Mantener la temperatura de la habitación entre 18-20ºC.
  • El colchón debe ser firme.
  • El colchón del bebé debe ser del mismo tamaño que la cuna.
  • No cubrir al bebe por encima de los brazos, siempre cubrir hasta las axilas, por debajo de los brazos.
  • No sobrecalentar al bebé utilizando más ropa de la necesaria.
  • No situar ningún juguete en la cuna o almohada. 

   Si necesitas más información o quieres saber más sobre las prácticas correctas en el cuidado del recién nacido, no dudes en visitar nuestra web y la información sobre los talleres de preparación al parto.

https://mubesfisioterapia.com/talleres-cursos/curso-de-preparacion-al-parto/ 

Recomendaciones de ejercicio en el embarazo

embarazo y entrenamiento

    En el embarazo se recomienda a las mujeres que continúen con la práctica de actividad deportiva y que se mantengan activas, pero surgen muchas dudas sobre si pueden seguir haciendo los mismos ejercicios que hacían previamente al embarazo.

   A menudo nos consultan muchas mujeres que quieren seguir entrenando que cuáles son los ejercicios que pueden hacer, pero la respuesta a esta pregunta es muy amplia. Lo que una mujer embarazada debe tener muy claro es lo que no puede hacer o lo que debe de modificar para seguir entrenando con seguridad, tanto para ella como para el bebé.

   Muchos de los ejercicios son modificables y se pueden continuar haciendo, pero hay otros que debemos evitar y suprimir de nuestro programa por completo.

Ejercicios que debemos evitar en el embarazo

  • Saltos a la comba, carrera y saltos al cajón: Estos ejercicios tienen mucho impacto y deben evitarse ya que generan una alta presión en el suelo pélvico y como consecuencia podría ocasionar disfunciones del mismo, entre las más comunes la incontinencia urinaria.
  • Abdominales clásicos y planchas: Generan una gran presión intra-abdominal que daña la línea alba y hace aumentar la diástasis. Además, los abdominales clásicos al implicar una flexión del tronco generan una gran presión sobre el suelo pélvico pudiéndole ocasionar daños. Estos ejercicios deben suprimirse, pero pueden ser modificados con muchas variantes y así convertirlos en ejercicios seguros para las embarazadas.
  • Posiciones invertidas: los ejercicios en los que la mujer tenga que colocarse haciendo el pino están totalmente contraindicados ya que no se conoce qué consecuencias puede tener sobre la placenta.
  • Ejercicios tumbada sobre la espalda: Debido al aumento del volumen abdominal y el peso del útero, al realizar ejercicios en esta posición, puede comprimirse la vena cava inferior y como consecuencia verse afectado el flujo sanguíneo entre la madre y el feto. Por este motivo estos ejercicios deben modificarse a una posición de apoyo reclinada.

Pautas clave para entrenar de manera segura para tu suelo pélvico y abdomen

   A excepción de los ejercicios anteriormente nombrados, una mujer embarazada puede seguir entrenando con las rutinas de entrenamiento que hacia previamente, pero debe tener en cuenta que debido al embarazo el suelo pélvico y el abdomen pueden sufrir daños. Para mantener estos conjuntos musculares en óptimas condiciones e intentar evitar lesionarlos, debes tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Respiración: la exhalación siempre va a coincidir con la parte del movimiento que más esfuerzo presente, por ejemplo, en una sentadilla soltarás el aire en la subida ya que cuesta más trabajo que la bajada. Evita las valsalvas y las apneas, es decir, no realices los esfuerzos manteniendo el aire.
  • Activación: al mismo tiempo que realizas el esfuerzo junto con la exhalación, vas a activar de manera conjunta la musculatura del suelo pélvico y la musculatura abdominal. En esta entrada del blog te explicamos cómo aprender a localizar y activar estos músculos: https://mubesfisioterapia.com/conocer-y-activar-nuestro-perine-y-abdomen/
  • Técnica: priorizar siempre la calidad de la ejecución.
  • Intensidad: No debe superar el 80% de la frecuencia cardíaca máxima. Punto explicado con más detalle en la siguiente publicación: https://mubesfisioterapia.com/embarazo-y-entrenamiento-como-puedo-seguir-entrenando/

   Para finalizar, te aconsejamos que te pongas en manos de entrenadores especialistas en embarazo y posparto porque como ya sabes, en estas etapas de la vida no todo vale y no todo se puede seguir haciendo de la misma manera. En MuBes contamos con profesionales especialista en la materia que te pueden acompañar y guiar sea cuál sea tu nivel y preferencia https://mubesfisioterapia.com/clases-grupales/ejercicio-fisico-en-embarazo/

¿Cómo retomar el entrenamiento en el posparto?

Ejercicio posparto

   En una publicación anterior se hablaba de la valoración posparto de la entrenadora especializada en mujer antes de retomar el entrenamiento tras el parto (https://mubesfisioterapia.com/valoracion-posparto-de-una-entrenadora/). En esta ocasión, hablaremos sobre cómo es el entrenamiento en el posparto, por qué es importante, que cosas debemos tener en cuenta, qué hay que evitar y qué contenidos se trabajan en un entrenamiento personalizado en esta etapa de la madre, tan fundamental como la del embarazo.

   Es importante saber que para ello debemos haber realizado la valoración con la fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y que nos reporte un informe sobre lo visto en consulta, que como ya se explicó en el post anterior, se complementa con la de la entrenadora. Con esto queremos decir, que no se debería retomar el entrenamiento tras el parto sin antes conocer en qué punto se encuentran los tejidos, ya que cómo se avance en esta etapa dependerá mucho de ellos, especialmente si hay algún tipo de lesión o patología a tener en cuenta en el entrenamiento posparto.

¿En qué consiste el entrenamiento tras el parto?

   Se trata de un entrenamiento individualizado a tus necesidades. Debemos saber que no hay dos pospartos iguales, aunque el tipo de parto si haya sido el mismo (a grandes rasgos hablamos, por ejemplo, de cesárea, vaginal, etc.).

   Esto es así porque hay diferentes factores que influyen:

  • Entrenamiento previo y durante al embarazo.
  • Tipo y duración del parto.
  • Nivel de condición física previo al embarazo.
  • Evaluación de la fisioterapeuta especialista en suelo pélvico.

   Por ello, hablamos de un entrenamiento adaptado a tus necesidades y objetivos en esta etapa. Además de los factores nombrados, existen otros aspectos a tener en cuenta (si hay o no sangrado vaginal, la lactancia, el entorno y estrés de la madre, etc.). todo esto hará que el entrenamiento tome un camino u otro, para ir adaptándolo a la mujer lo mejor posible.

   Los ejercicios seleccionados en el entrenamiento posparto se basarán en la mejora de la funcionalidad de los tejidos del abdomen y el suelo pélvico principalmente, pero sin olvidar el resto de las estructuras que están en continuo trabajo en el día a día con el bebe y en las actividades cotidianas (trabajo de bazos, torso y piernas).

   Todo ello será organizado en diferentes fases, en las que se irá avanzando progresivamente en intensidad y dificultad, al ritmo que cada una vaya marcando y respetando siempre los tiempos de tu cuerpo.

   No podemos olvidar que esto es un proceso que dependerá de cómo los tejidos y el cuerpo vayan respondiendo a los diferentes estímulos del entrenamiento.

¿Por qué es importante el entrenamiento tras el parto?

   Como menciona la ACOG en su guía: reanudar el ejercicio o incorporar nuevas rutinas de ejercicio después del parto es importante para apoyar hábitos saludables de por vida (https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/committee-opinion/articles/2020/04/physical-activity-and-exercise-during-pregnancy-and-the-postpartum-period). También nos indica que puede reanudarse gradualmente cuando se verifique la ausencia de complicaciones (para ello las valoraciones de la fisioterapueta especializada en suelo pélvico y el de la entrenadora especializada en mujer son de suma importancia). 

   También hay estudios que nos indican que hay una gran cantidad de cambios y ajustes que se dan durante el embarazo y el parto (anatómico-fisiológico y psicológico-emocional) y esto condiciona la futura calidad de vida de la madre, por lo que se recomienda, según los resultados observados, la practica regular y supervisada e individualizada de ejercicio físico (http://femede.es/documentos/OR_03_Postparto_154.pdf).

Aspectos a tener en cuenta y qué debemos evitar durante el entrenamiento posparto

   Como ya se había enunciado al principio, hay aspectos a tener en cuenta durante el entrenamiento posparto, que marcará el trabajo a seguir:

  • Tipo de parto.
  • Tiempo desde el parto.
  • Estrés y entorno.
  • Fatiga y falta de sueño.
  • Sangrado vaginal.
  • Lesiones de suelo pélvico.
  • Diástasis de rectos.
  •  
  • Peso previo y posterior al embarazo.
  • Condición física previa y posterior al embarazo.

   Además, hay ciertas cosas que debemos evitar en el posparto:

  • Abdominales que se hagan con flexión de tronco (los clásicos crunch).
  • Ejercicios de impacto (especialmente en las primeras fases y hasta que la fisioterapeuta de suelo pélvico de el apto para ello).
  • Levantarnos de cualquier sitio en el que estemos tumbada desde una flexión de tronco (redondeando la espalda).
  • Coger al bebe o cualquier peso con la espalda redondeada.
  • Empujar en apnea a la hora de defecar.

¿Qué contenidos se trabajan en un entrenamiento tras el parto?

   Durante una sesión, el entrenamiento se dividirá en varias partes.

  • Se buscará al inicio un calentamiento general, en el que trabajaremos movilidad, respiración y activación de la faja profunda del abdomen y del suelo pélvico, junto a un segundo calentamiento mas específico enfocado a la parte principal de la sesión que haya.
  • Continuamos con la parte principal, donde se trabajarán diferentes ejercicios ajustados a las necesidades y objetivos de la madre.
  • Para acabar, el final de la sesión se puede enfocar en un trabajo para volver al estado inicial del entrenamiento o en un trabajo diferente, según vaya demandando el entrenamiento y la madre.

Es importante tener en cuenta que en ningún momento y en ninguna de las fases del entrenamiento posparto debemos tener dolor abdominal o pélvico fuerte (diferenciar aquí con la sensación de agujetas), ni tampoco sangrado (más allá del que se da durante la cuarentena). En caso de ser así, debemos comunicarlo a la entrenadora para revisar lo que este pasando y modificar todo lo necesario.

Libertad de movimiento en el parto

Vaca voladora posición parto

   Durante el trabajo de parto la mujer puede sentir la necesidad de cambiar la posición constantemente, y no es más que, un instinto del cuerpo para buscar la posición en la que las olas uterinas sean más llevaderas, y a su vez facilitar la adaptación de la cabeza del bebé al canal del parto. 

   Éstas posiciones son de vital importancia para liberar el sacro y que la musculatura del canal del parto y del suelo pélvico estén relajadas.

Pero llega la epidural, y ¿entonces qué hacemos?

   Usualmente cuando la mujer recibe la anestesia epidural la libertad de movimiento se limita. Debemos saber que estar sentada NO ES SUFICIENTE, hoy os hablamos de : La biomecánica intraparto y la libertad de movimiento. 

   Con anestesia epidural se recomienda el acompañamiento de una matrona formada en biomecánica intraparto, para facilitar esa libertad de movimiento, pero en la cama. Con esto,  hacemos referencia a:

-Técnicas de liberación de los músculos de suelo pélvico.

-Posiciones que tienen que ir guiadas y acompañadas por la matrona para liberar el sacro.

-Posiciones que favorezcan la apertura del estrecho superior o inferior de la pelvis según el momento en el que se encuentra la mujer en su parto.

¿Cúales son estas posiciones?

  Las más utilizadas y con mayor éxito son Walchers (y Walchers modificada) , posición de flying cow (vaca voladora) y la posición de liberación lateral.

Posición Walchers parto Vaca voladora posición parto liberación lateral parto

 

Entonces, ¿en qué momento hay que usarlas? 

   Lo recomendable es permitir la libertad de movimiento durante todo el proceso de parto, ya que, está demostrado que acorta el proceso de dilatación y el tiempo de expulsivo, cómo se muestra en la siguiente revisión bibliográfica:  https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD003934.pub3/full/es

   Pero existen ciertas ocasiones, en las cuales, el uso de estas técnicas serían de vital importancia debido a que pueden resolver un alto porcentaje de distocias, entre ellas partos operativos o instrumentalizados, estas situaciones pueden ser:

-Falta de progreso en la dilatación.

-Repetición de la misma dilatación en dos o más exploraciones consecutivas.

– Dificultad para que la cabeza del bebé se adentre en el estrecho superior de la pelvis o para el descenso de la cabeza por el canal de parto. 

¿Cómo me puede ayudar? 

   En nuestro centro contamos con un curso de preparación al parto basado en la libertad de movimiento y sobre todo en la información para que llegues al parto empoderada y con la información necesaria para poder tomar decisiones basadas en la evidencia. Nuestra matrona también te puede asesorar y valorar en consulta individual si lo prefieres.

https://mubesfisioterapia.com/matrona/

https://mubesfisioterapia.com/talleres-cursos/curso-de-preparacion-al-parto/

Valoración Posparto de una Entrenadora

Valoración posparto

   En el posparto, suele ser común la prisa por volver de nuevo a realizar ejercicio físico. Pero, hay que tener en cuenta que, al igual que durante el embarazo debe haber una valoración previa a la práctica de ejercicio físico, cuando se quiera iniciar la vuelta al entrenamiento tras el parto, también se debe realizar una valoración. Esta valoración es fundamental para descartar o tratar, en caso de que hayan aparecido, disfunciones pélvicas o abdominales.  

   Se realiza, una por parte de la fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, y la otra, por la entrenadora especializada en posparto

   Ambas valoraciones, aunque sean de profesionales diferentes, se complementan y son necesarias para retomar el entrenamiento. En esta ocasión se hablará de la valoración por parte de la entrenadora personal. 

¿Cuándo acudir y en qué consiste la valoración?

   Es recomendable haber dejado pasar la cuarentena para ir a la primera valoración tras el parto. El principal motivo es dejar que los tejidos y el cuerpo vayan haciéndose a la nueva situación y los nuevos ritmos, y que poco a poco, encuentren su sitio tras el parto. 

    La valoración consiste en una sesión en la que veremos cómo fue el parto y cómo responden tus tejidos a diferentes ejercicios. 

Valoración posparto

¿Qué contenidos veremos en la valoración?

   La valoración se puede dividir en dos grandes partes. Una primera, en la que se hará una serie de preguntas a la madre sobre su situación desde antes de quedarse embarazada hasta el día actual, y otra, que será más práctica, en la que se verá cómo se encuentran los tejidos y cómo estos responden a los ejercicios. 

   Dicho esto, durante la valoración trataremos los siguientes aspectos: 

  • El número de embarazos y partos y como fue el parto.

   No es lo mismo si has estado embarazada y has dado a luz una vez o varias veces, o el tipo de parto que tuviste (vaginal, cesárea, instrumentalizado, fisiológico, como fueron los pujos, etc.) y la duración de este. 

   También es muy importante conocer la experiencia de parto y cuánto tiempo hace que diste a luz, ya que no será lo mismo trabajar en un caso de entrenamiento posparto de una mujer que ha dado a luz hace dos meses, que en el de una mujer que ha dado a luz hace seis meses. 

  • Tu situación actual como madre.

   Como es tu micción y defecación (veces al día y tipo), si padeces incomodidad, molestia o dolor en alguna zona del cuerpo en general, o concreta, como pelvis, pubis o similar, si has tenido relaciones sexuales con penetracion y si ha habido dolor, si estas o no con lactancia materna y de qué tipo, etc. 

  • Cómo fueron los meses antes, durante y tras el embarazo de actividad física o ejercicio físico.

   Es muy importante en la valoración establecer el historial deportivo de la madre, tanto antes como durante el embarazo, conocer si ha sido activa o no en estos tiempos nombrados anteriormente. 

   La importancia de esto reside en que la valoración de los patrones básicos de movimiento, de los cuales hablaremos más adelante, no será igual si hablamos de una persona con nulo bagaje motor, o por el contrario, estamos ante una mujer con experiencia en el entrenamiento.  

  • Patrón respiratorio y diafragma.

    El tipo de respiración y cómo se encuentra el diafragma (con más o menos tensión) será la base de la valoración, lo primero que veremos de la parte práctica de la evaluación antes descrita.

  • Diástasis abdominal.

   Valorar la diástasis es un punto importante de esta parte de la valoración. La valoración será tanto pasiva, como activa, en diferentes puntos. Conocer el tipo de diástasis, cómo funciona la faja abdominal y cómo podemos trabajarla (https://mubesfisioterapia.com/diastasis-abdominal-mas-alla-de-la-estetica/) será fundamental en este proceso.

  • Coactivación de suelo pélvico y transverso abdominal.

   Ver cómo trabajan los dos principales protagonistas en el posparto, si hay sinergia o no, será otra parte fundamental de la valoración tras el parto. 

  • Competencia abdominal

   A través de diferentes ejercicios que irá pidiendo la entrenadora, se irá observando cómo responde el abdomen y el suelo pélvico en función a la existencia o no de la tonacidad, la coactivación, o la flacidez del tejido

  • Postura y patrones básicos de movimiento

    Para finalizar la valoración, se verá en bipedestación (posición de pie) qué postura tiene la madre en función a la línea media del cuerpo. 

¿Qué información me puede dar una valoración?

    La valoración es de suma importancia, ya que nos dará información muy relevante sobre el momento actual en el que se encuentra la madre. Nos da información que hasta entonces desconocíamos, pero con la que la mujer se empodera y sobre la que podemos empezar a trabajar. A partir de esta se establecerá la línea de trabajo a seguir durante el entrenamiento posparto.

   Además, esta valoración se complementa con la valoración de la fisioterapeuta especialista en uroginecologia y obstetricia, que aportará más información aún de suma importancia para poder comenzar un programa de entrenamiento individualizado y adaptado a tus necesidades, ya que no existen dos pospartos iguales, cada una tiene sus tiempos y sus situaciones que la hacen única.

Embarazo y Entrenamiento, ¿Cómo puedo seguir entrenando?

entrenamiento y embarazo

   Son muchas las mujeres que se ven frenadas con su práctica deportiva una vez conocen la noticia de que están embarazadas, debido a que se sienten en un abismo de incertidumbre sobre lo que pueden seguir haciendo y lo que no, además de no saber cómo pueden seguir entrenando sin poner en riesgo su salud y la de su bebé.

   Durante el embarazo debemos tener en cuenta una serie de adaptaciones y de premisas necesarias que debe cumplnir nuestra programación de entrenamiento para que sigamos realizando ejercicio físico de manera segura tanto para la madre como para el bebé, además de tener claro aquello que no debemos de hacer.

https://www.acog.org/clinical/clinical-guidance/committee-opinion/articles/2020/04/physical-activity-and-exercise-during-pregnancy-and-the-postpartum-period

   Las guías de recomendaciones de actividad física y ejercicio físico durante el embarazo nos dicen que las mujeres que entrenaban antes del embarazo y que no tienen ninguna contraindicación, deben seguir haciéndolo a intensidad moderada-alta y que las que no lo hacían deben ser motivadas para empezar en esta etapa de su vida.

¿Qué contenidos debemos trabajar en una programación de embarazo?

   En tu programa de entrenamiento no deben de faltar los siguientes contenidos en los ejercicios a trabajar:

-Específicos para el trabajo de la musculatura abdomino-pélvica.

-De movilidad para contrarrestar los cambios anatómicos que van apareciendo conforme va avanzando el embarazo y trabajar el rango de movimiento en aquellas articulaciones presentes en el día del parto.

-De fuerza en los que se sigan trabajando los ejercicios que se hacían con anterioridad, adaptando los necesarios, y además añadir ejercicios que trabajen patrones de movimientos útiles para el embarazo y el parto así como aquellos que la futura madre realizará en su día a día una vez haya dado a luz.

Espiración y meditación para darle espacio a la cavidad torácica, gestionar molestias/dolores que puedan aparecer y visualizar y preparar el momento del parto.

-Ejercicios de cardio, ya sea de manera aislada o bien combinado con el entrenamiento de fuerza.

¿Cómo controlar la intensidad del entrenamiento en el embarazo?

   Existen diferentes maneras de controlar la intensidad del entrenamiento durante la sesión y una de ellas es mediante la Escala del Rango del Esfuerzo Percibido (RPE). Si utilizamos la RPE para controlar el esfuerzo de los ejercicios o del entrenamiento debemos movernos entre el 65-80% de la misma, es decir entre una percepción de esfuerzo de actividad moderada y actividad vigorosa, intentando no sobrepasar a muy dura o esfuerzo máximo.

Ejercicio y embarazo 

   Un truco muy sencillo para controlar la intensidad del esfuerzo es utilizar el Talk Test o Test del habla, que consiste en poder mantener una conversación mientras entrenas tal y como se especifica en la tabla anterior.

   Otra de las maneras de medir la intensidad es mediante la Frecuencia Cardíaca (FC), intentando no superar el 80-85% de la Frecuencia Cardíaca de Reserva (FCR). Para ello, lo primero que debemos conocer cuál es nuestra FCR y así después podremos calcular cuál será nuestra Frecuencia Cardíaca de Entrenamiento (FCEntto). Veamos las fórmulas para calcularla:

  • Lo primero que tienes que hacer es calcular la FCR con la siguiente fórmula:

FCR = FCM (220-Edad) – FCReposo*

  • Una vez la tengas calculada, podrás calcular la FCEntto:

FCEntto = FCRx 0,8 + FCRep

            *FCReposo: Toma tu pulso tocando la parte interior de tu muñeca, en el lado del pulgar. Usa las puntas de tus dos primeros dedos (el índice y el medio, no tu pulgar) y presiona ligeramente sobre la arteria. Cuenta tu pulso durante 60 segundos para determinar la cantidad de latidos por minuto.

¿Qué debo evitar?

   Es más sencillo controlar lo que debemos evitar hacer, ya que son menos cosas que las que si podemos hacer:

  • Maniobra de valsalva (aguantar el aire durante el esfuerzo).
  • Actividades de contacto físico o riesgo de caída.
  • Submarinismo.
  • Mujeres que vivan a menos de 2500m de altitud deben evitar realizar actividad física a gran altitud (>2500m).
  • Ejercicio físico con calor excesivo o en un ambiente muy húmedo.
  • Abdominales clásicos (tipo crunch).
  • Ejercicios isométricos.
  • Posturas invertidas o en decúbito supino mantenidas en el tiempo.
  • Ejercicios de impacto.

   Por muy entrenada que estés previamente, existen ejercicios frecuentes en el entrenamiento de alta intensidad que están contraindicados desde el principio del embarazo, por eso es importante consultar al respecto a un entrenador/a especialista. En MuBes contamos con entrenadoras especialistas en entrenamiento durante el embarazo y el posparto que te pueden ayudar a adaptar tus entrenamientos y seguir entrenando de manera intensa y segura https://mubesfisioterapia.com/entrenamiento-personal-2/

Señales de alarma durante la práctica de ejercicio

   Si durante la práctica de cualquier actividad o práctica deportiva experimentas alguna de las siguientes señales de alarma, debes pausar o parar dicha práctica, y si la sintomatología no remite, es aconsejable que acudas a tu médico de confianza:

  • Sangrado vaginal
  • Dolor abdominal
  • Contracciones dolorosas regulares
  • Fuga de líquido amniótico
  • Disnea antes del esfuerzo (falta de aire)
  • Mareos
  • Dolor de cabeza
  • Dolor en el pecho
  • Debilidad muscular que afecta al equilibrio
  • Dolor o hinchazón en la pantorrilla

   Antes de continuar con tu práctica deportiva habitual previa a este momento de tu vida, debes comunicárselo a tu ginecólogo/a para que te informe sobre si existe alguna contraindicación que no te permita continuar entrenando y de no ser así te dé el visto bueno y su aprobación. Si quieres conocer cuáles son estas contraindicaciones visita la siguiente entrada de nuestro blog donde las especificamos: https://mubesfisioterapia.com/ejercicio-fisico-y-actividad-fisica-durante-el-embarazo-que-puedo-hacer/

Candidiasis de repetición. Un abordaje integrativo

candidiasis de repetición

   Casi todas las mujeres tienen alguna vez una infección vulvovaginal por el hongo Cándida. Es lo que llamamos candidiasis. Sin embargo, en algunas mujeres esa candidiasis vuelve de forma frecuente, unas 3 o 4 veces al año; y es lo que llamamos candidiasis vulvovaginal de repetición o recurrente (CVVR). En este post os hablaremos de forma detallada por qué pueden repetirse y su abordaje integrativo.

Sobre la cándida y su crecimiento

 Todo nuestro tubo digestivo desde boca hasta ano, incluyendo vagina y piel, está habitado por un ecosistema de diferentes géneros de hongos, bacterias y otros. Conviven con nosotras y es lo que llamamos microbiota y micobiota.  La Cándida Albicans es el hongo más frecuente en la microbiota intestinal, vaginal y de la piel.

   Cuando este ecosistema y la pared intestinal y vaginal está en condiciones normales de equilibrio (eubiosis), la Cándida se comporta como comensal y no supone ningún problema ni síntoma. Sin embargo, el ecosistema y paredes se alteran (disbiosis) se vuelve oportunista, produciendo la famosa candidiasis.

   Podemos observar la Cándida sobrecrecida en vagina y/o en intestino. Y esto es importante porque se habla de que en muchos casos de candidiasis vaginal coexiste el sobrecrecimiento de candidiasis intestinal. Así, el intestino puede actuar como “almacén” de futuras infecciones de repetición.

Síntomas de la candidiasis

-Flujo blanco espeso e inoloro.

-Picor, irritación, ardor, edema y eritema en la vagina.

   Y dado que puede coexistir con candidiasis intestinal, puede haber otros síntomas asociados como son:  mente nublada, aumento del apetito por hidratos de carbono (pan, pasta, dulces…), cansancio crónico, ansiedad, dolor generalizado, distensión abdominal, gases, diarreas y/o estreñimiento, intolerancias alimentarias, acidez o ardor, alteraciones menstruales o aumento de la sensibilidad a productos químicos (ambientadores…)

Y por qué vuelven las candidiasis

   La candidiasis vulvovaginal de repetición se puede considerar como una alteración multifactorial. El por qué ocurren y por qué vuelven se ve influenciado:

  • Por la Cándida: factores propios del microorganismo en cuestión. La Cándida es un microorganismo con mucha capacidad de virulencia y efecto proinflamatorio.
  • Por la microbiota de la mujer: disbiosis intestinal y vaginal, y falta de integridad de la membrana intestinal. Es decir, un desequilibrio del ecosistema de microorganismos a nivel intestinal y vaginal. Sí, no solo vaginal.
  • Por otros factores propios de la mujer como el estado de su sistema inmune, que puede favorecer el paso de la Cándida de comensal a patógeno y contribuir a su virulencia. El sistema inmune está íntimamente relacionado con el sistema digestivo y el microbioma.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31972980/
  • En determinadas mujeres puede aparecer días antes de la menstruación: en la fase lútea, los niveles hormonales de estrógenos bajan al mismo tiempo que van subiendo los de progesterona. Los estrógenos mientras que están elevados, hacen que nuestro sistema inmune más competente y luchador. Pero los estrógenos bajan días antes de la menstruación de forma natural. Si presentamos frecuentemente picor u otros síntomas de la candidiasis esos días previos a la regla es posible que tengamos una candidiasis latente·que da la cara cuando el sistema inmune no es tan eficaz. Pero el problema no es que bajen los estrógenos; eso es natural. El problema es el estado del sistema inmune y el desequilibrio del microbioma.
  • También por otras patologías de la mujer como hipotiroidismo, diabetes, intervenciones quirúrgicas o invasivas… que facilitan la alteración del ecosistema y pared intestinal.
  • El embarazo o lactancia o amenorrea (ausencia de menstruación).

Equilibrio del microbioma y disbiosis

   A nivel vaginal, el microbioma vaginal debe estar formado por abundancia de diferentes Lactobacillus. Los Lactobacillus son bacterias que generan un ambiente ácido mediante la producción de ácido láctico y peróxido de hidrógeno, protegiéndonos con estas sustancias de infecciones. De manera que, si tenemos disbiosis con disminución de Lactobacillus, se crea un ambiente perfecto para que la Cándida crezca, se vuelva patógena y, finalmente las candidiasis de repetición ocurran.

   La disbiosis o desequilibrio del microbioma tiene a su vez múltiples causas:

  • La dieta personal y alimentación saludable juegan un papel determinante. Alimentación rica en hidratos de carbono y azúcar de poca calidad, baja en fibra fermentable y alta en edulcorantes favorece la disbiosis.
  • Estrés sostenido
  • Alteraciones corporales como: disminución de las secreciones digestivas (hipoclorhidria, sales biliares…), patologías digestivas, patologías autoinmunes (celiaquía, Chron, hipotiroidismo de Hashimoto), Síndrome de ovario poliquístico…
  • Tabaco
  • Tratamientos con fármacos como antibióticos, corticoides, antiinflamatorios, anticonceptivos
  • Lavados vaginales con productos que no sean agua
  • Tampones, compresas, ropa húmeda o espermicidas locales

   Todo esto facilita que Lactobacillus y bacterias estabilizadoras de la mucosa intestinal (Akkermansia) estén disminuidas; y que microorganismos patógenos como la Cándida sobrecrezcan.

Tratamiento de las candidiasis de repetición

   Si te han dicho o te has concienciado que tu candidiasis vaginal es crónica, no es cierto.

   El problema es que comúnmente sólo se aborda desde la farmacología tratándola únicamente con antifúngicos. Además, la Cándida presenta resistencia a antifúngicos. De esta forma no estamos yendo a la RAÍZ que cada persona tiene del desequilibrio microbiano. Tampoco estamos favoreciendo el crecimiento de los Lactobacillus y otros que impidan a Cándida crecer y volver.

   Debe realizarse un abordaje terapéutico integrativo e individualizado. Capa persona puede requerir un tratamiento diferente que combine o no antifúngicos alopáticos o fitoterapéuticos, probióticos y prebióticos, mejoras en su alimentación y dieta, tratamiento de la integridad de la mucosa vaginal e intestinal, trabajar la detoxificación hepática (Cándida produce muchas toxinas que pueden saturar nuestro hígado)…

   En MuBes contamos con una nutricionista especializada que os podrá ayudar en el abordaje integrativo de la candidiasis vaginal y/o intestinal así como vaginosis bacterianas.https://mubesfisioterapia.com/nutricion/

Trastorno de estrés postraumático tras el parto

Parto traumático

   Es difícil encontrar una definición sistematizada y unívoca de lo que es un parto traumático. Este tiene que más que ver con la vivencia personal de quién está dando a luz y con su modo particular de percibir todo lo que está sucediendo a su alrededor, que con el hecho de que haya un peligro o amenaza real para la vida de la madre o del bebé. Es decir, no existe una relación de causalidad directa entre complicación objetiva del parto y desarrollo de trastorno de estrés postraumático (en adelante, TEPT).

   Un ejemplo de esta subjetividad es la aparición de síntomas en mujeres en un parto aparentemente normal y sin intervenciones (Thompson, 2008).

   Como dice Beck, “el trauma del parto reside en la mirada de quien lo percibe”. Esta afirmación nos conduce a algo esencial: llegar a desarrollar TEPT depende en gran medida de nuestras percepciones de indefensión, peligro y amenaza, haya o no complicaciones objetivas durante el parto.

https://journals.lww.com/nursingresearchonline/Abstract/2004/01000/Birth_Trauma__In_the_Eye_of_the_Beholder.5.aspx

¿De qué depende que tengamos o no está percepción de peligro y amenaza?

   Nuestras percepciones varían en función de factores sociales, culturales y personales. Así por ejemplo, en algunas partes del mundo  y círculos sociales, una cesárea programada puede llegar a  considerarse un privilegio, mientras que en otras puede ser vista como una intromisión en nuestra naturaleza o incluso un abuso del poder médico.

   Las creencias y  expectativas  que tenemos sobre el parto  parecen ejercer una notable influencia en la manera la que lo vivenciamos. Lo que imaginamos y pensamos  muchas veces choca frontalmente con la realidad a la que luego nos enfrentamos, y es esta discordancia la que puede generar un fuerte impacto emocional en nosotros.

   Así mismo, el nivel de medicalización e instrumentalización durante el parto funciona en muchas ocasiones como una alarma que nos mantiene en alerta y con altos niveles de vigilancia.

  A menudo, el trauma de las mujeres es el resultado de las acciones (u omisiones) de las matronas, médicos y enfermeras (Elmir, Schmied, Wilkes y Jackson, 2010).

   Por último, los cuidados inadecuados durante el parto suponen un factor esencial en el desarrollo de la sintomatología, como veremos más adelante.

¿Qué síntomas tiene una mujer con Trastorno de estrés postraumático tras el parto?

-Pensamientos constantes sobre el parto.

Flashbacks (sensación de estar reviviendo el parto). Cualquier situación o acontecimiento que les recuerde el parto puede desencadenar la activación de recuerdos y generarles gran ansiedad.

– Pesadillas durante semanas o meses.

-Sensación de desconexión con el bebé y de irrealidad. Muchas mujeres describen la situación que están viviendo como irreal, como si el mundo fuera distinto y ellas otras personas, como si en parte todo aquello no le estuviera pasando realmente a ellas.

-Necesidad de comprender lo sucedido. En la mayoría de ocasiones, relatan el parto una y otra vez con numerosos detalles.

-Tendencia a comparar su parto con el de otras madres.

-Síntomas de ansiedad y depresión (con frecuencia se confunde este diagnóstico con el de Depresión posparto).

-Irritabilidad y agitación (Ayers, 2004; Olde, van der Hart, Kleber, & van Son, 2006), que afectan seriamente a las mujeres y a sus familiares.

-Dificultad para relacionarse con los sanitarios.

-Rechazo a las relaciones sexuales.

-Temor a la maternidad y a un posible nuevo embarazo.

https://ruja.ujaen.es/handle/10953/1071

¿Hay factores de riesgo y desencadenantes?

-Ser primípara.

-Que haya habido cesárea, sobre todo si es de urgencia.

-Alto intervencionismo obstétrico (Inducción, uso de ventosas, fórceps, etc).

-Parto prematuro.

-Bebé gravemente enfermo tras el parto.

-Que los consentimientos informados no hayan sido respetados.

-Separación temprana del recién nacido.

-Falta de apoyo social y emocional (sobre todo por parte de la pareja).

-Escasez de información y explicaciones durante el proceso.-Sensación de pérdida de control durante el parto.

-Sensaciones prolongadas de dolor (sensación de eternidad).-Problemas de ansiedad y /o depresión previos al parto.

-Responsabilizarse y culparse por los eventos ocurridos durante el parto (Locus de control interno).

-Baja autoeficacia, esto es, creencia de que nuestras capacidades para enfrentarnos a la situación no son suficientes o no sirven de nada.

-Percepción de cuidados inadecuados e incluso maltrato. Conviene que nos detengamos en este punto porque ha resultado ser el factor más importante a la hora de desarrollar estrés postraumático. Son tan importantes los cuidados que incluso que en un parto con complicaciones graves y objetivas, si durante el posparto, los profesionales atienden de forma empática, cariñosa y respetuosa a la mujer, se reduce de forma drástica las probabilidades de desarrollar estrés postraumático por el parto.

   Por el contrario, podemos encontrarnos con mujeres que sufren los efectos traumáticos del parto sin necesidad de que haya habido complicaciones objetivas en el mismo, pero que relatan haberse sentido indefensas, infantilizadas, humilladas, tratadas de forma irrespetuosa y poco empática.

   Algunas de estas mujeres utilizan términos como “bárbaro”, “humillante”, “degradante “e “invasivo” para referirse a su parto (Thompson, 2008).

¿Qué consecuencias puede tener?

-Las mujeres que lidian con los efectos de un parto traumático, pueden sentir dificultad a la hora de relacionarse con el recién nacido, acercarse a él y sostener el contacto físico por tiempo prolongado. A largo plazo, esto puede contribuir a desarrollar modelos de apego disfuncionales, como por ejemplo, de sobreprotección.

-Dificultades para integrar y asumir el nuevo rol de madres. Algunas describen sensaciones en las que sienten como si su bebé no les perteneciera, como si no fuera de ellas.

-Frecuentes sensaciones de vacío (Ayers, 2007).

-Abandono temprano (primeras semanas o primer mes) de la lactancia materna para proteger su salud emocional.

-Percepción de falta de apoyo y sostén de la familia, amigos y pareja. Problemas de comunicación y sexuales con esta última.

-Conductas de aislamiento.

-Temor intenso a futuros embarazos y partos, también llamada tocofobia.

¿Cuándo tengo que pedir ayuda?

   Si durante semanas o incluso meses sientes que no puedes evitar revivir y recrear la situación y las emociones negativas que acompañaron al parto.

  En caso de encontrarte enormemente irritable con quienes te rodean y con los profesionales de la medicina.

  Si sientes un interés enorme, e incluso “desproporcionado” por todo lo que rodea la atención al parto (pensamientos circulares).

  Cuando estás aislada socialmente de amigos y familiares y no te apetece hacer nada ni ver a nadie.

¿Cómo puede ayudarte la psicoterapia?

   La psicoterapia nos ofrece un espacio seguro en el que comenzar a entender y encajar las piezas de ese puzle que  nos cuesta armar.

   Toda recuperación pasa por construir una historia, un relato que explique lo que ha ocurrido y le dé sentido a cómo nos sentimos.  Es decir, tenemos que integrar el trauma (Callister, 2004) en nuestro mundo, contándonos y contando una historia que nos calme, nos consuele y nos ayude a continuar el camino.

   No es casual que muchas mujeres necesiten hablar y contar su parto una y otra vez. Se trata de un mecanismo de supervivencia, que nos empuja a elaborar mentalmente todo lo traumático que nos sucede, para poder darle un sentido y no quedarnos atrapados en el malestar.

    La psicoterapia existe para ayudarte a elaborar esta narración y conseguir transformar esa experiencia traumática en aprendizaje y resiliencia.Desde nuestro servicio de psicología podemos ayudarte. 

https://mubesfisioterapia.com/psicologia-sexologia/

Radiofrecuencia en Suelo Pélvico

   La Radiofrecuencia, Diatermia y Tecarterapia son los distintos nombres con los que se denominan una misma acción física con idéntica respuesta biológica, que se produce con la penetración de calor en los tejidos de unos 8-15 cm de profundidad con el objetivo de incrementar la temperatura del tejido del área lesionada, para acelerar los procesos de auto-curación del cuerpo. Es importante saber que la radiofrecuencia es un tratamiento indoloro, no invasivo y totalmente seguro que puede llegar a ser placentero.

¿Cuál es el mecanismo por el que se produce?

   La radiofrecuencia es una técnica mediante la cual se aplica una corriente de alta frecuencia que penetra en las capas más profundas produciendo un efecto térmico y biológico a nivel celular.

    La radiofrecuencia ayuda a la mejora del riego sanguíneo, el aumento de la oxigenación, la contribución a la regeneración celular, la reducción del dolor y la mejora de la calidad del tejido conjuntivo y muscular, contribuyendo así a aliviar y recuperar la disfunción; en definitiva, a una recuperación más completa y rápida.

https://helioselectromedicina.com/diatermia-fisiowarm

¿Cuáles son sus efectos biológicos sobre nuestro cuerpo?

– Acción analgésica, antiinflamatoria y relajante muscular.

– Estimula la circulación sanguínea: aumenta la saturación de hemoglobina, que se traduce en una oxigenación de las células y por en consecuencia mejorará la funcionalidad del tejido.

– Acelera el metabolismo celular al aumentar el aporte energético a los tejidos

– Acelera los procesos de reparación del tejido al estimular la actividad de los fibroblastos y su síntesis enzimática.

– Acción cicatrizante: acelera el proceso de cicatrización al acelerar la producción de colágeno y elastina. Estimula el tejido conjuntivo (EL 60% del suelo pélvico es tejido conjuntivo).

– Estimula la circulación periférica.

– Drenaje: reabsorción de los hematomas y edemas.

– Reactivación de la bomba sodio-potasio, reequilibrio iónico y del PH.

¿Qué patologías del ámbito de la fisioterapia de suelo pélvico se pueden beneficiar de la radiofrecuencia?

  • Hipotonía(debilitamiento) del suelo pélvico.
  • Prolapsos pélvicos al mejorar la calidad del tejido conjuntivo y el tono muscular.
  • Incontinencias: urinaria, gases y fecal.
  •  Dolor perineal: por su efecto calmante al aumentar el metabolismo y su capacidad de regeneración a la vez que alivia el dolor y la inflamación.
  • Cualquier cicatriz: cesárea, episiotomía y desgarros perineales, por su capacidad desfibrosante son utilizados en procesos fibróticos, adherencias, etc .
  • Disfunciones sexuales femeninas: vaginismo, dispareunia (dolor en las relaciones), anorgasmia.
  • Hemorroides y fisuras anales.
  • Diástasis abdominal: buscando un efecto de neocolagénesis (proliferación de tejido colágeno) para reforzar la línea alba con objetivos funcionales y estéticos sobre la pared abdominal.
  • Sequedad vaginal: hay una mejora de la hidratación, la elasticidad y la regeneración.
  • Tras intervenciones quirúrgicas abdomino-pelvi-perineales.
  • Disfunciones perineales masculinas como disfunción eréctil, dolor pélvico, enfermedad de Peyronie, incontinencia urinaria, prostatitis y tras una cirugía en el área pélvica.
  • Aunque menos importante, tiene un efecto estético, mejorando la microcirculación, disminuyendo el edema y reduciendo los depósitos grasos y la flacidez cutánea. En casos de tripas demasiado flácidas tras el embarazo, que cuestan mucho recuperar aún haciendo ejercicios adecuados, la radiofrecuencia puede ser una gran opción de tratamiento.

https://mubesfisioterapia.com/diastasis-abdominal-mas-alla-de-la-estetica/

¿Cuántas sesiones voy a necesitar?

   La duración y número de sesiones va a depender de cada paciente y del estado de su lesión (aguda o crónica) y sus necesidades así como del estado que presenta el tejido desde el que partimos y del resto de tratamientos con los que complementamos  la terapia. Se hace necesario, como siempre, individualizar cada caso.

¿Cuál es la diferencia con la termoterapia clásica ?

   A diferencia de la termoterapia convencional como son los infrarrojos, la microonda y la onda corta, estos calientan también los tejidos superficiales, y la profundidad no llega a más de 2-3 cm de profundidad en términos generales debido a que el tejido adiposo está muy vascularizado y absorbe mucho el calor impidiendo su penetración a planos más profundos.

   La radiofrecuencia permite dosificar de forma precisa el calor desde las aplicaciones más suaves (atermia) a la más intensa (hipertermia) por gradación de la intensidad del calor y poder variarla durante su aplicación.

   Los primeros dispositivos de radiofrecuencia funcionaban en una sola frecuencia, los más actuales, como el que nosotras tenemos en consulta, si nos permiten variar la frecuencia Está ampliamente aceptado que las frecuencias más bajas penetran más profundamente en el tejido, mientras que las frecuencias más altas funcionan a un nivel más superficial.

   Destaca la capacidad de focalizar la corriente, que deriva en una menor dispersión y mayor penetración que se traduce en mayor eficacia del tratamiento.

¿Qué contraindicaciones tiene la radiofrecuencia?

– Embarazo.

– Heridas abiertas.

– Pacientes pediátricos de menos de 15 kg.

– Marcapasos.

– Baja sensibilidad en la piel y micosis.

– Procesos tumorales.

– Procesos infecciosos.

– Patología cardiovascular: anticoagulantes.

  Si tienes dudas sobre la radiofrecuencia o quieres saber si sería un tratamiento adecuado para tu caso, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.

Histerectomía y Fisioterapia de Suelo Pélvico

   La histerectomía es la intervención quirúrgica en la que se produce la extirpación del útero o del sistema ginecológico de manera total o parcial, mediante intervención por laparoscopia, incisión en la zona abdominal o histerectomía vaginal.

¿En qué consiste la histerectomía?

   Es una intervención frecuente en casos de procesos oncológicos y según el médico considere para la paciente será necesario la extirpación del cuerpo uterino, del cuello uterino, trompas, ovarios y en algunos casos de una porción vaginal (parametrios).Existen3 tipos:

  • Parcial: cuerpo uterino sin cérvix.
  • Total: cuerpo uterino y cérvix.
  • Radical: cuerpo útero + cérvix + trompas + ovarios (con anexectomía en caso de extirpación de útero con trompas y ovarios) + porción vaginal.

Tipos de histerectomía

¿Qué consecuencias tiene la intervención en los pacientes?

    Además de las consecuencias emocionales que conlleva la histerectomía (debido a la cirugía, el proceso previo y a la importancia del útero en nuestro sistema, entre otros), la distorsión en la concepción de nuestra imagen corporal, sus posibles consecuencias físicas pueden ser:

  • Inflamación y edema.
  • Cicatrices y posibles adherencias de estas.
  • Estenosis del canal por reacción inflamatoria.
  • Dolor o molestias en las relaciones.
  • Influye negativamente en el deseo sexual y en la lubricación.
  • Sensación de vacío que ocuparan el resto de tejidos aumentando el riesgo de prolapsos.
  • Menopausia provocada y sus síntomas.

   Es interesante y recomendable un abordaje conjunto con otros profesionales sanitarios, como psicólogos, nutricionistas y entrenadores.

¿De qué depende la aparición de estas consecuencias tras la histerectomía?

   Estas consecuencias van a depender del tipo de intervención que el paciente requiera.

Cirugía útero   Si se preserva el cuello uterino, es más probable conservar nuestro sostén visceral, y además si hay preservación neurovascular (inervación y vascularización) conducirá a una mejor respuesta en nuestra función sexual.

   Ya que en el cuello uterino se insertan los ligamentos cardinales o uterosacros (que durante la excitación se tensan y facilitan que el útero se verticalice y que la vagina se amplíe) y su paquete vasculo-nervioso por el cual se transmiten sensaciones de placer.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3090744/#:~:text=This%20is%20based%20on%20claims,sexual%20response%20are%20so%20limited.

   También dependerá de si el paciente ha recibido tratamiento pre o post quirúrgico como radioterapia o quimioterapia, que conllevan cambios a nivel tisular.

¿Qué podemos hacer con fisioterapia de suelo pélvico en pacientes con histerectomía?

   Con la fisioterapia de suelo pélvico podemos abordar las secuelas físicas, mejorando la calidad tisular y el impacto en nuestra calidad de vida tras la histerectomía.

   Igualmente, también abordamos la prevención de disfunciones que pueden ir asociadas a estos cambios tras la cirugía, como prolapsos, incontinencias o alteración de nuestra respuesta sexual. Con los siguientes objetivos:

  • Disminuir el dolor debido a la inflamación y al tejido cicatricial.
  • Mejora de la mucosa vaginal y con ello de la lubricación.
  • Para la estenosis del canal, después de histerectomía o radioterapia pélvica, mejorar la elasticidad con masaje perineal, dilatadores y/o movilizaciones a nivel intracavitario.
  • Trabajo del tejido cicatricial secundario, tanto con tomas internas como externas.
  • Movilizaciones globales del sistema ginecológico.
  • Ejercicios de suelo pélvico y abdomen debido a los cambios tisulares por el tratamiento (debilitamiento muscular) y al cambio en el estilo de vida:https://mubesfisioterapia.com/conocer-y-activar-nuestro-perine-y-abdomen/
  • Pautas de hábitos de vida cotidianos e higiene postural como prevención a consecuencias posibles.

   El objetivo de la terapia y el tratamiento dependerá de si estamos en fase prequirúrgica (preparando los tejidos), en fase aguda o inmediata (las primeras semanas después de la histerectomía) o en fase tardía (meses o años después).

¿Cuándo puedo acudir a consulta de fisioterapia tras la intervención por histerectomía?

   Primero, y previo a la extirpación por histerectomía podemos hacer un trabajo abdominal y perineal para aliviar las molestias o los síntomas previos a la cirugía y para proporcionar a los tejidos un buen aporte vascular para aumentar la calidad tisular y acelerar la recuperación tras la intervención de los mismos.

   Después de la cirugía y hasta las primeras 6-12 semanas, seguir las pautas indicadas por tu ginecólogo, sobre reposo, posturas, cuidado de la cicatriz, alimentación, sueño, posturas y movimiento, etc.

   A partir de la semana 6-8, dependiendo de cada caso concreto, y, cuando nos sintamos preparadas, podemos comenzar con la rehabilitación.

¿Y si han pasado años de la histerectomía?

   Nunca es tarde, también podemos tratar con fisioterapia, ya sea el tejido cicatricial en caso de adherencias, la movilidad de los tejidos, la respuesta sexual, si hay disfunciones asociadas (incontinencia, prolapsos, falta de tono, alteración de la mucosa vaginal, estenosis del canal, etc.) o simplemente por prevención de estas.

   Desde la fisioterapia de suelo pélvico tenemos mucho que hacer para mejorar tu salud pre y post histerectomía. Consulta con tu Fisioterapeuta especialista en Uroginecología si tienes dudas.

Endometriosis, la enfermedad invisibilizada

¿Qué es la endometriosis?

 

   La endometriosis es una patología ginecológica crónica sistémica, que sufren un 10% de las mujeres, en la que encontramos células de tejido similar al endometrio fuera del útero: ovarios (el más frecuente llamado endometrioma o quiste de chocolate, pelvis (vejiga, trompas, recto…), implantes intestinales e implantes extrapélvicos (mucho menos frecuente) que producen reacciones inflamatorias.

¿Cuál es su origen?

   Su origen es multifactorial y se sigue investigando, actualmente existen diferentes teorías, pero parece que la más aceptada es la salida de endometrio a través de las trompas que se implantan en los tejidos. Además, coinciden en que es una enfermedad inflamatoria (existe una desregulación del sistema inmunológico que explicaría también la relación de otras enfermedades autoinmunes y atopías en mujeres que padecen de endometriosis) y estrógeno-dependiente, se necesita un ambiente rico en estrógenos, por eso con la menopausia, al descender el nivel de estrógenos, la endometriosis desaparece.

   La inflamación se da por la reacción del sistema inmune frente a substancias segregadas por los focos endometriales. Derivado de la inflamación aparecen adherencias en los tejidos blandos igual que si se tratara de una cicatriz. Las cicatrices adherentes que se producen provocan restricciones del movimiento de los tejidos, incluso entre los órganos y esto puede provocar más inflamación y dolor.

   Se producen en la fascia y en consecuencia, afectan a su biomecánica y pueden causar disminución de la movilidad y la función visceral, de tejidos blandos, función nerviosa y aporte sanguíneo, desarrollando una disfunción fascial en la cavidad abdomino-pélvica.

  Puesto que la fascia es un tejido continuo que engloba a todo nuestro cuerpo, su tensión puede transmitirse a otros lugares alejados de su ubicación. 

   La extensión de la enfermedad no se correlaciona con la severidad de los síntomas ni con la fertilidad. Podemos ver endometriosis muy extensas en cuanto a cantidad de quistes y/o adherencias con pocos síntomas y viceversa: endometriomas muy pequeños en mujeres que presentan mucho dolor y dificultad para lograr el embarazo. La presencia de dolor neuropático y sensibilización central parecen ser los causantes de las mayores alteraciones en la calidad de vida de las pacientes y no la extensión de las lesiones en si mismas. Se sugiere que el dolor pélvico crónico podría ser resultado de un desequilibrio entre la capacidad nociceptiva (terminaciones nerviosas) y una inadecuada respuesta a nivel central (cerebro).

¿Qué síntomas conlleva?

   El síntoma más manifiesto es el DOLOR que se hacen más evidentes durante el periodo menstrual y mejoran tras la menopausia y durante la gestación:

Dismenorrea: menstruación.

Disquecia (dificultad y dolor al defecar).

-Relaciones sexuales: dispareunia, dependiendo de su localización puede ocasionar dolor durante el orgasmo, en la penetración, en la vagina…

Dolor pélvico.

Disuria: al orinar

Además, sangrado abundante, problemas digestivos, intestinales y de FERTILIDAD, afectando su calidad de vida en todos los casos.

 ¿Cómo se diagnostica?

   El diagnóstico suele demorarse durante años por falta de investigación, de formación a los profesionales y por la falta de escucha en los procesos dolorosos que afectan exclusivamente a mujeres.

   El diagnóstico de endometriosis (y adenomiosis) depende de la magnitud y localización, debe basarse en historia clínica, palpación, ecografía y otros estudios.

   El examen a través de una ecografía transvaginal es el más común, donde se buscan endometriomas en los ovarios o signos indirectos. Puede completarse el estudio con una RMN pélvica y no existen marcadores específicos en analítica. El diagnostico definitivo se establece por laparoscopia, pero por ser una técnica invasiva no es el método diagnóstico general.

¿Cómo se trata?

   Es preciso un abordaje integrativo que será la clave del éxito. Los tratamientos deben centrase en tratar los síntomas, independientemente de la extirpación de las lesiones. Sólo en los casos más graves la solución puede pasar por la cirugía, aunque se evita recurrir a ella para intentar evitar más adherencias y mantener al máximo el tejido ovárico si existe deseo de gestación.

Los objetivos del tratamiento son:

-Tratar el dolor.

-Bloquear la producción de estrógenos.

-Regular el hiperestrogenismo (hábitos de vida).

-Detectar causas que sostienen la inflamación crónica que mantendrán los problemas de salud. 

-Descartar otros problemas de autoinmunidad concomitantes y la resistencia a la insulina que perpetúan la inflamación.

-Terapia psicológica para tratar la esfera psicosocial y relacional, la gestión emocional y del estrés de las pacientes, detectando puntos estresores que puedan exacerbar la progresión de la enfermedad.

-La nutrición.https://mubesfisioterapia.com/nutricion/

-El ejercicio físico en la vida de una persona con endometriosis es imprescindible para el manejo del dolor y la inflamación,incluso hay estudios que determinan que la práctica deportiva regular ofrece mejores resultados que la toma de analgésicos.
Y es que sus beneficios son múltiples:
.
•Efecto antiinflamatorio.
•Efecto analgésico, mejorando el umbral del dolor.
•Favorece el metabolismo de los estrógenos, disminuyendo su concentración.
•Reduce la sensación de fatiga.
•Genera endorfinas, que funcionan proporcionando analgesia y bienestar.
•Regula los niveles de estrés.
Por supuesto el tipo de ejercicio depende siempre del grado de endometriosis, síntomas y de si has practicado deporte a lo largo de tu vida.

-Evitar al máximo la exposición a los disruptores endocrinos.

-Reeducar, informar y romper creencias y tabúes sobre la mujer y sus etapas.

¿Qué puede hacer la fisioterapia?

   Desde la fisioterapia trabajamos la disfunción fascial mejorando la calidad del tejido y su estructura, favoreciendo la movilidad y vascularización y recuperando la función.

   Además, estas mujeres pueden sufrir de cuadros de vejiga dolorosa y obstrucción intestinal. Las adherencias se consideran uno de las principales causas de infertilidad funcional de origen mecánico y podemos influenciar en el proceso de fertilidad por ejemplo en casos de obstrucción de trompas uterinas.

   De forma complementaria podemos trabajar mejorando la postura y patrón respiratorio.https://www.institutosuelopelvico.es/endometriosis-suelo-pelvico/

Candidiasis vulvovaginal recurrente

¿Qué es la candidiasis vulvovaginal?


  La candidiasis es una infección vaginal causada por una levadura, en la mayoría de los casos este hongo es la cándida Albicans.

   Las levaduras y otros microorganismos están presentes en nuestro organismo para mantener un PH sano y servir de alimento a nuestra flora. La flora intestinal y vaginal nos ayudan a mantener estas levaduras bajo control, pero cuando estas se desequilibran puede producirse la infección por cándida.

   La candidiasis vaginal recurrente no es una enfermedad de transmisión sexual, y no son diferentes infecciones que se repiten cada mes, es una infección que no se ha curado y cursa con inflamación exacerbada y expansión de la infección primaria y no se detiene con el uso de métodos barreras ni con abstenerse de mantener relaciones sexuales.

¿Qué es la candidiasis recurrente o de repetición?

   La candidiasis de repetición no es un problema aislado de algunas mujeres, la realidad es que tiene una alta tasa de prevalencia en el mundo.

   Provoca en las mujeres que la sufren un enorme impacto en su calidad de vida debido a la poca información que reciben de parte de los profesionales sanitarios; a la falta de investigación y estudios de la patología; y en muchos casos a la frustración de migrar de profesional a otro sin encontrar una solución o comprensión.

   La candidiasis recurrente cuenta con los siguientes criterios diagnósticos:

  • Cursa con de 3-4 episodios de cándida en el año, o más.
  • Se repite en los últimos años.
  • Se asocia a síntomas característicos: inflamación, picor, ardor, flujo candidiásico (blanco grumoso), inoloro, molestias o dolor en las relaciones sexuales, alivio de los síntomas durante la menstruación y aumento de ellos en ovulación y fase lútea.

¿Qué diferencias existen entre una candidiasis esporádica y recurrente?

   La candidiasis vulvovaginal crónica es causada por el mismo patógeno que la candidiasis aguda o esporádica, pero es una patología diferente, por lo que tiene distinto abordaje y distinto tratamiento.

CANDIDIASIS ESPORÁDICA

CANDIDIASIS RECURRENTE

Episodios esporádicos en la vida

3 o más episodios en el año

No es incapacitante

Sí es incapacitante

Se elimina con tratamiento antifúngico

Es rebelde a tratamiento

No produce secuelas en salud sexual

Sí produce secuelas en salud sexual

 

¿Cuáles son las causas?

    Las posibilidades de sufrir candidiasis aguda aumentan con: el uso de ropa ajustada, humedad que se mantiene, bajada de defensas, uso de antibióticos, uso de tampones y productos femeninos perfumados, etc.

   Seguro que hemos escuchado hablar de eliminar estos hábitos cuando consultamos con los distintos profesionales y es buen trabajo de prevención disminuirlos.

 Pero las causas de la cándida recurrente son:

  • Estrés.
  • Otras enfermedades asociadas
  • Desequilibrio de nuestra flora intestinal: uso de antibióticos y anticonceptivos.
  • Intestino hiperpermeable.
  • Estado hormonal alterado o terapia hormonal que aumente nuestra carga de estrógenos en relación con la progesterona.
  • Dietas que aumenten la cantidad de glucosa en sangre con exceso de carbohidratos, azúcares refinados o falta de nutrientes.

¿Cuáles son las consecuencias de la candidiasis de repetición?

   Es una inflamación crónica que causa un deterioro progresivo de los tejidos (especialmente intestinal y vaginal) por lo que puede asociarse con otras patologías: vaginitis, herpes, dispareunias.

  • Deterioro de la mucosa vaginal.
  • Se altera el metabolismo de la insulina.
  • Desequilibrio de las hormonas femeninas.
  • Inflamación exacerbada.

¿Y entonces, qué podemos hacer?

   Pedir cita con nuestro ginecólogo que valorará y descartará otras patologías utilizando pruebas complementarias si fuese necesario. Además, nos pautará tratamiento médico a seguir.

   Desde la fisioterapia de suelo pélvico trataremos las consecuencias que nos encontramos en los tejidos debido a la infección por cándida (dolor, irritación de la mucosa, inflamación…) y abordaremos la esfera de la sexualidad, que en muchas ocasiones las mujeres sienten ignoradas por los profesionales, y la cual puede llegar a convertirse en un proceso doloroso e incluso en un tormento personal y de pareja.

   En nuestras manos estará mostrar todas las herramientas necesarias para que la mujer se sienta acompañada, comprendida y con expectativa de mejora en este proceso.

   Además, la nutrición será un pilar clave para mejorar sintomatología y conseguir erradicar la candidiasis. Siempre acompañado de un profesional experto, ya que el objetivo no es hacer una dieta, sino conseguir un cambio de hábitos alimenticios para el presente y el futuro. Si quieres seguir ampliando esta información puede encontrar más en el siguiente artículo de nuestra Nutricionista especializada en salud hormonal femenina: https://mubesfisioterapia.com/candidiasis-de-repeticion-un-abordaje-integrativo/

   Consulta con profesionales especializados que te asesoren para combatirla. ¡SE PUEDE!Nosotras podemos ayudarte desde la nutrición y la fisioterapia especializada.

Candidiasis vulvovaginal esporádica

 

 

La candidiasis es una infección vaginal causada por una levadura, en la mayoría de los casos por Cándida Albicans.

   Las levaduras están presentes en nuestro organismo para mantener un PH sano y sirven de alimento y equilibrio para nuestra flora. La flora intestinal y vaginal nos ayudan a mantener estas levaduras bajo control, y cuando se desequilibra puede producirse la infección por cándida.

   Tiene una alta prevalencia, por lo que es un verdadero problema, sobretodo cuando se convierte en recurrente o crónica para las mujeres.

   Las probabilidades de sufrir infección por cándida aumentan, entre otras:

  • Después de toma de antibióticos, corticoides y hormonas sexuales sintéticas.
  • En mujer embarazada.
  • Exceso de carbohidratos, azúcares refinados o falta de nutrientes en la dieta
  • Estrés continuo.

¿Cómo podemos prevenirla?

  • Mantener una buena higiene, stop jabones íntimos que no respeten el PH vaginal y lavar bien con agua todos los pliegues de la piel y clítoris.
  • Evitar humedad en la zona vaginal secando bien la zona, tanto en los bikinis tras el baño como en las braguitas después de la ducha y usar ropa interior de algodón.
  • Cambios en la alimentación.
  • No usar productos con perfumes o azúcares: tampones, toallitas higiénicas….
  • Buen diagnóstico diferencial y no confundir cándida con cistitis. Pues el tratamiento de cistitis con antibióticos antibacterianos puede empeorar o favorecer su aparición.

Dolor de ligamentos redondos en el embarazo

   Muchas embarazadas, más frecuentemente durante el segundo trimestre de gestación notan dolor/punzada rápida en la parte baja del abdomen que se pude extender hasta la ingle y la vulva ante un cambio de movimiento, dura unos segundos y desaparece con un cambio de postura o de forma espontánea. Puede darse en un solo lado o en ambos. Su intensidad es variable desde una molestia a un dolor intenso.

  Es frecuente, y a pesar de la intensidad no supone ninguna complicación del embarazo ni es dañino para madre o bebé.

¿Qué puede ocasionarlo?

-Tos.

-Estornudo.

-Risa.

-Movimiento brusco.

-Andando

-Girando en la cama.

¿Por qué se produce?

     Estos ligamentos mantienen el útero en suspensión dentro del abdomen. Al aumentar el tamaño de éste durante el embarazo de forma natural, estos ligamentos se ven estirados como una cuerda o banda elástica. A menudo, se contraen y estiran rápidamente, causando estos espasmos de los ligamentos que irritan las fibras nerviosas provocando estos calambres tan desagradables.https://www.emedicinehealth.com/pregnancy_round_ligament_pain/article_em.htm

¿Cuándo debo consultar al médico?

   Si tenemos alguna duda sobre el origen de nuestro dolor lo aconsejable es consultar a un médico que descarte otros problemas como:

– Infección de orina.

– Contracciones prematuras.

– Hernia inguinal.

– Cálculo renal.

   O si presentamos síntomas como:

– El dolor no desaparece en unos segundos o no se alivia con un cambio de posición.

– Dolor al orinar.

– Fiebre.

– Naúseas o vómitos asociados al dolor.

– Cambio flujo vaginal.

– Aumento de presión en la pelvis

– Dificultad para caminar.

¿Qué puedo hacer para aliviar las molestias?

– Ejercicio físico adecuado y adaptado a la etapa gestacional tutorizado por un profesional formado.

 – Cuidar la postura durante las horas de trabajo, evitando cruzar las piernas.

– Evitar los tacones por el cambio en la curvatura lumbar.

– Agacharse y levantarse de forma correcta manteniendo la espalda en posición adecuada de forma vertical flexionando las rodillas.

– Cambiar de posición de forma suave y evitar los movimientos bruscos.

– Descansar cuando nos duela mucho.

– Baño de agua templada.

– Calor suave en la zona hasta que disminuya el dolor.

– Evitar coger peso excesivo.

– Usar el cinturón pélvico (no la faja abdominal) para estar de pie o andando; nunca para estar sentadas.

– Estiramientos de la cadena anterior.

– Respiraciones profundas abdominales.

– Auto-estiramiento de la parte inferior del abdomen.

– Fisioterapia, la terapia manual alivia de forma importante estos síntomas.

   Es una dolencia sin riesgo para la salud, la cual, suele desaparecer con el paso de las semanas, pero cuando la molestia se convierte en dolor es aconsejable realizar las recomendaciones indicadas y en caso de que no desaparezcan acudir a un fisioterapeuta especializado en obstetricia.https://mubesfisioterapia.com/embarazo/fisioterapia-obstetrica/

 

Dolor menstrual, frecuente si, normal NO

Dismenorrea

¿Qué es la dismenorrea?

   La dismenorrea es el dolor pélvico, abdominoperineal y/o lumbar que acompañan a la menstruación, desde 48 horas antes de la misma y usualmente persiste hasta 48-72 horas. Es un dolor incapacitante o limitante que requiere de la administración de antiinflamatorios y antiálgicos como ibuprofeno o paracetamol. Es una patología que afecta a más de la mitad de las mujeres en edad fértil de nuestro país.

Tipos de dismenorrea

   Puede ser dismenorrea primaria, dolor menstrual sin patología orgánica demostrable en el útero, o dismenorrea secundaria, dolor menstrual asociado a patologías pélvicas como pueden ser endometriosis, adenomiosis, endometritis, estenosis cervical y leiomioma.

   En este artículo nos referimos a la dismenorrea primaria.

¿Qué consideramos entonces normal?

   Consideramos normales aquellas molestias durante el primer día del ciclo o primer día de manchado por la inflamación fisiológica que se produce en este proceso.

   Sin embargo, no consideramos normal, aunque sea frecuente, sentir sufrimiento o dolor que te impida seguir con tu vida diaria, que te exija tomar medicación, o que curse con mareos, vómitos, calambres en la parte inferior de la pelvis o espalda y/o desmayos.

   Para que entendamos el mecanismo del ciclo menstrual, y explicar esas molestias, tenemos que comprender que el cuerpo pone en marcha un proceso de inflamación fisiológica (natural) tanto en las horas previas y siguientes al inicio del sangrado como durante la ovulación, en menor medida.

   Entre otras sustancias, se activan las prostaglandinas locales (que son mensajeros bioquímicos que hacen que se active o ralentice un proceso inflamatorio según del tipo de prostaglandinas: PG1, PG2, PG3). Estas provocan la vasoconstricción (estrechamiento) de las arterias que aportan sangre al endometrio, seguido de una necrosis isquémica, descamación endometrial y así inicia el principio del sangrado. Esto NO debería suponer una condición de dolor, puesto que el cuerpo tiene unos mecanismos fisiológicos, por los cuales, la inflamación que se genera en el útero una vez al mes, se resuelve de manera natural.

   Si sufrimos dolor menstrual mensualmente, tenemos que descartar primero patologías como la endometriosis, adenomiosis, miomas uterinos, pólipos, etc. Descartadas éstas, estaríamos sufriendo dolor menstrual sin que exista ninguna causa orgánica o enfermedad; por lo tanto, hablaríamos de dismenorrea primaria, que se produce cuando una inflamación es muy potente, o bien, tu organismo no la está controlando o resolviendo bien, tras lo cual recurrimos a los antiinflamatorios.

¿Cuáles son sus causas?

   Resulta que el dolor puede estar influido por:

– Generalmente se debe a un inadecuado balance hormonal, bien porque no hay suficiente progesterona en la segunda fase del ciclo o porque hay un exceso de estrógenos (hiperestronismo).

   Tener más estrógenos y menos progesterona puede causar un alto nivel de prostaglandinas. Además, estas prostaglandinas las sintetizamos a través de la ingesta de ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 en la dieta, y un exceso de prostaglandinas puede producirse también por la ingesta desequilibrada de estos ácidos grasos, cuando con nuestra alimentación aportamos más omega-6 que omega-3. Ya que la ingesta de omega-6 favorece la producción de prostaglandinas que favorecen la señal proinflamatoria, PGE2.

   Así pues, cuando llega el momento de menstruar, tu organismo tiene una gran facilidad para producir PGE2, pero no hay prostaglandinas para contrarrestar el efecto inflamatorio, PGE1 y PG3 (del omega-3) y esto hace que aparezca dolor.

   Detrás de este disbalance hormonal puede haber múltiples causas, entre ellas: déficits de micronutrientes, una alimentación basada en exceso de alimentos procesados, una función ovárica alterada, alteraciones metabólicas que impidan una correcta eliminación de estrógenos, disruptores endocrinos….

– Los disruptores endocrinos u hormonales, también llamados estrógenos ambientales u hormonas ambientales. Son sustancias químicas, ajenas al cuerpo, capaces de alterar nuestro equilibrio hormonal, por tanto, de alterar el correcto funcionamiento corporal y afectar negativamente a nuestra salud.

Se encuentran en muchos productos de uso cotidiano como insecticidas y pesticidas en alimentos, encontramos ftalatos en juguetes, perfumes o productos de cosmética y cremas solares con filtro UV; parabenos en cosméticos o aditivos alimentarios; bisfenoles en botellas y tuppers de plástico, latas o tickets de la compra, retardantes de llama en productos electrónicos y muebles, nonilfenol en detergentes, aerosoles en desodorantes  Y agentes bactericidas como el triclosán en las pastas de dientes.

– Además todo puede verse influido por factores como: estrés crónico, falta de descanso, sedentarismo, tabaquismo, alcohol, drogas, etc.

¿Cómo podemos evitarlo? 

   El tratamiento médico por elección suelen ser los anticonceptivos orales o los AINES, pero son tratamientos con muchos efectos secundarios.

   El ácido acetil salicílico o ibuprofeno bloquean la síntesis de prostaglandinas, la inflamación disminuye y con ella el dolor. Pero debemos entender que lo normal sería que la menstruación no cursara con dolor, sino con una molestia llevadera y no limitante, una inflamación fisiológica (natural y leve) que tu cuerpo es capaz de gestionar.

   Para evitarlo, es muy importante que revisar tu alimentación. Nuestra dieta habitualmente aporta un exceso de grasas saturadas y de omega-6, por lo que debemos reducir la ingesta de omega-6 e incrementar los omega-3 a partir de incorporar pescado y alimentos del mar, semillas de lino y chía, nueces o alimentos enriquecidos y suplementos nutricionales si fueran necesarios. El omega-6 está presente en los aceites vegetales que se utilizan en los productos envasados y procesados, y el ácido araquidónico presente en embutidos y carnes procesadas.

¿Cuál es el tratamiento?

   Sería conveniente trabajar de la mano con un profesional especializado que estudiara e individualizara el tratamiento en cada caso concreto.

   Además, debemos aportar a la dieta magnesio, cúrcuma y vitaminas A, E, B1, B6 y D para mediar en el control inflamatorio. Tomar el sol e incluir en tu dieta alimentos con β-carotenos como la zanahoria, hortalizas rojas, amarillas y naranjas.

   Comiendo alimentos ecológicos o de origen orgánico. En ellos no se usan los pesticidas como el DDT. Los productos cosméticos debes intentar igualmente que no contengan parabenos.

   La fisioterapia de suelo pélvico se presenta como una alternativa de tratamiento muy efectiva, encaminada a la búsqueda de la causa del dolor, y a la analgesia o disminución del mismo.

¿Qué hacemos desde la fisioterapia? 

   Desde la fisioterapia, abordamos la dismenorrea según el caso individual que presente la paciente con diferentes técnicas y buenos resultados.

– Recomendamos o asistimos ejercicio terapéutico, que aumente la oxigenación y nutrición en los tejidos. Entre ellos, la práctica de yoga 20 minutos al día durante 14 días en la fase lútea ha demostrado ser beneficiosa para reducir sintomatología.

– Hacemos uso de la vibración como herramienta terapéutica analgésica muy útil, en el blog tenemos una publicación sobre ellos.

– Colocamos vendajes neuromusculares que aumenten la vascularización, propiocepción y relajación de estos tejidos.

Enseñamos el proceso fisiológico de la menstruación y de la inflamación que provoca ese dolor, haciendo consciente al paciente para que pueda interpretar y actuar con las distintas herramientas según el proceso y sus síntomas.

– Nos ayudamos de corrientes analgésicas para disminuir el dolor cuando este está en estado agudo.

– Tratamos con terapia manual y osteopatía visceral. Valorando, entre otros, si existe algún bloqueo del diafragma y algún cambio en la posición uterina, pues con estos procesos pueden aparecer tensiones o espasmos en sus uniones ligamentosas y miofasciales y a otros órganos cercanos o región pélvica, que nos limiten el movimiento que necesita el útero para realizar contracciones con dificultad.

https://www.fisioterapia-online.com/articulos/fisioterapia-para-el-tratamiento-de-la-dismenorrea

Efectivamente, el dolor menstrual es muy frecuente en las mujeres de edad fértil, sin embargo, siempre que no tenga una patología asociada diagnosticada, el dolor menstrual no es normal y podemos conseguir disminuirlo y aliviar los síntomas desde la fisioterapia, el ejercicio físico y la alimentación equilibrada.https://mubesfisioterapia.com/wp-admin/post.php?post=171&action=elementor

Bulto, pesadez en vagina ¿tendré un prolapso?

¿Qué son los prolapsos?

   Un prolapso es un descenso de la posición o caída de un órgano pelvico como son vejiga, útero, recto y a veces aparato digestivo, en la cavidad pelvica, a través del orificio vaginal o anal. Lo sufren muchas mujeres, la mayoría de las veces sin diagnóstico o sin saber exactamente que les ocurre. 

   Esto es debido a la relajación de sus medios de fijación, o elementos de sostén pasivos (ligamentos, membrana, fascias) o activos (musculatura de suelo pélvico). Esta alteración en su posición, va a influir entre otras cosas en el funcionamiento de los mismos, dando lugar a ésta disfunción.

https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-prolapso-genital-femenino-lo-que-S0716864013701512

Tipos de prolapso de órganos pélvicos

   La clasificación depende del órgano prolapsado y del grado de caída del mismo.

  Según el órgano prolapsado

   – Uretrocele (descenso de la uretra) o cistocele (descenso de la vejiga).

   – Histerocele (descenso del útero) o prolapso cúpula vaginal (del compartimento).

   – Rectocele (descenso del recto) o enterocele (descenso del intestino delgado).

Según la gravedad de la caída se dividen en grados

   -Uno: pequeño descenso generalmente asintomático.

   -Dos: descenso hasta la entrada de la vagina sin salida hacia el exterior, donde suelen comenzar los síntomas, aunque no los relacionemos con ello.

   -Tres: salida al exterior cuando aumentamos la presión intraabdominal.

   -Cuatro: se encuentra siempre fuera.

   El grado de prolapso lo determina el especialista teniendo en cuenta que dependerá de la posición en la que lo valoremos, de la hora del día, de la actividad de ese mismo día y del estado menstrual en el que nos encontremos.

Factores de riesgo

   – Embarazo y parto: si cursa con un aumento importante de peso asociado a un bajo tono abdominal y debilidad del suelo pélvico; y/o un parto traumático con expulsivo con pujos muy hiperpresivos, uso de instrumental, maniobra de kristeller; o apertura vaginal excesiva.

  – Sobrepeso y obesidad

   – Tos crónica: asma, tabaquismo, bronquitis crónica.

   – Aumento de la presión intraabdominal: deportes de impacto como correr o saltar; en la vida diaria realizar mal gesto a la hora de flexionar el tronco, agacharnos o coger peso; deportes hiperpresivos como abdominales convencionales flexionando el tronco (crunch).

   – Instrumentos de vientos o cantantes

   – Estreñimiento crónico: con maniobras de empuje excesivas y repetidas.

   – Condición genética: antecedentes familiares con disfunciones que afecte a los tejidos de sostén

   – Déficit estrógenos: Menopausia con la consiguiente disminución en la calidad del tejido por la afectación hormonal; alteraciones ciclo menstrual.

   – Cirugía abdominal, histerectomías: los órganos intentan ocupar el espacio que se ha quedado tras la retirada.

Consecuencias y síntomas

   No todos los síntomas aparecen a la vez, además algunas mujeres casi no tienen síntomas y otras tienen varios, y ellos no determinan el grado del prolapso. Lo que limite tu calidad de vida determinará la gravedad del prolapso.

Síntomas urinarios

   – Incontinencia urinaria de esfuerzo.

   – Incontinencia urinaria de urgencia (a veces imperiosidad sin escapes).

   – Sensación de vaciado incompleto.

   – Poliaquiuria o aumento de la frecuencia con la que vamos a miccionar.

   – Infecciones de orina

Síntomas genitales

 – Sensación de bulto o bola en la vagina. La congestión que sintamos dependerá del dia, de la hora, de la actividad que hayamos tenido y del estado menstrual.

Síntomas sexuales

   – Dispareunia o vaginismo.

   – Dificultad para llegar el orgasmo.

   – Incontinencia urinaria durante las relaciones.

Síntomas intestinales

   – Dificultad para evacuar y estreñimiento.

   – Maniobra digital: introducir los dedos para poder expulsar las heces.

   – Incontinencia fecal.

Síntomas Músculo-esqueléticos

   – Dolor lumbar, estabilidad lumbopelvica-

   – Dolor en abdomen bajo o en la pelvis. 

Tratamiento

   Las alternativas de tratamiento que conocemos o nos indican es la cirugía, ya que solemos ser conscientes de ello en grados elevados de disfunción. Sin embargo, con tratamiento conservador (fisioterapia) podemos reducir la totalidad de los síntomas asociados en grado I y II ; y reducirlos o mejorar la calidad de vida en grados III y IV. Por eso, es importante, acudir a una valoración por especialista si encontramos algún síntoma, tenemos factores de riesgo asociados o tenemos dudas.

   El tratamiento estará enfocado en mejorar el sostén pasivo (mejorar el tono, elasticidad y fuerza de la musculatura perineal), educar o reeducar para dirigir las presiones abdominales y perineales así como mejorar el sostén activo mediante aprendizaje conductual y motor y en determinadas ocasiones incluso con órtesis como son pesarios que dan un soporte para todo el día o unas horas o actividades concretas para evitar que el prolapso descienda.

https://mubesfisioterapia.com/wp-admin/post.php?post=171&action=elementor

¿Cómo podemos evitarlo?

   Con una buena nutrición del tejido conjuntivo que da soporte (que es la mayor parte del suelo pelvico) con gran aporte de agua, alimentación adaptada.

   Con buena calidad de sueño y descanso reparador.

   Evitando los factores de riesgo: como el estreñimiento; deportes hiperpresivos o de impacto sin valoración del fisioterapeuta o especialista; mover pesos con mala gestión del movimiento o presión y malas posturas.

   Con autoconocimiento y autoexploración, informándonos, observándonos enfrente de un espejo.

   Y, sobre todo, realizar una valoración como medio de prevención o si presentamos algún síntoma.

Conocer y activar nuestro periné y abdomen

   El Periné o Suelo Pélvico ha sido un gran desconocido hasta hace muy poco tiempo, y aunque cada día son más las mujeres que lo conocen y lo cuidan, sigue habiendo un gran desconocimiento sobre el mismo.

¿Qué es el periné suelo pélvico?

   El periné, es un conjunto de músculos, ligamentos, tendones, tejido conjuntivo y nervios que tapizan la parte inferior de la pelvis. Todos estos elementos aportan sujeción a la vejiga, el útero y el recto, por lo que una alteración de este conjunto puede hacer descender alguno (o varios) de estos órganos por la vagina, lesión conocida como prolapso.

   ¿Qué tipo de prolapsos existen?

   Según que órgano sea el que descienda por la vagina el prolapso tendrá un nombre diferente:

-Cistocele, descenso de la vejiga.

-Uretrocele, descenso de la uretra.

-Histerocele, descenso del útero.

-Rectocele, descenso del recto.

-Enterocele, descenso del intestino delgado.

https://mubesfisioterapia.com/bulto-pesadez-en-vagina-tendre-un-prolapso/

Funciones del suelo pélvico

   Además de sujetar a los órganos que se encuentran en la cavidad pélvica, el periné tiene otras funciones vitales como:

– Regulador del funcionamiento de los esfínteres para evitar las incontinencias (urinaria o de heces).

-Sexual: unos músculos pélvicos con el tono adecuado mejoran la calidad de las relaciones sexuales.

-Reproductora: es el conductor del feto durante el parto.

-Estabilizadora, ya que junto con los músculos abdominales y glúteos nos aportan estabilidad a la región lumbopélvica y nos ayudan a mantener una mejor postura corporal.

¿Cómo aprender a localizar el suelo pélvico?

   Ya tenemos la imagen de cómo es nuestro suelo pélvico o periné, ahora vamos a aprender a localizar su musculatura con el siguiente ejercicio:

1.-Siéntate correctamente en una silla, es decir, con los pies al ancho de las caderas, la pelvis neutra, la espalda recta, hombros relajados, orejas separadas de los hombros y la mirada al frente.

2.- Localiza los isquiones: moviendo el peso de tu cuerpo de un glúteo a otro sentirás como hay dos huesos sobre los que te sientas.

3.- Coge la imagen del SP y observa donde se encuentra la uretra, la vagina y el ano.

4.- Imagina que quieres cortar el pipí (OJO esta técnica no está recomendada para practicarla en el momento real de orinar).

5.- Ahora imagina que tienes un tampón puesto y quieres evitar que se caiga.

6.- Y, por último, imagina que quieres evitar la salida de un gas o de las heces.

Musculatura abdominal

   Cada vez se habla y se conoce más al SP, pero…¿sabes cuantos músculos conforman nuestra pared abdominal? la pared anterior abdominal está compuesta por 4 músculos que son: rectos abdominales, oblicuos externos, oblicuos internos y transverso abdominal (sí, el abdomen va más allá de la tableta de chocolate).

   Dentro de estos cuatro músculos, observamos que el más interno de todo es el transverso abdominal (TVA), cuya función principal es dar sujeción a las vísceras abdominales, actuando como faja. Este TVA funciona en co-activación sinérgica con el SP, por lo que cuando activamos al TVA sentimos activación en nuestro SP y viceversa. Este funcionamiento en pareja puede verse afectado por el embarazo y/o el parto, por lo que es tan importante trabajar la re-educación de la faja abdomino-pélvica una vez has dado a luz.

¿Cómo aprender a activar el transverso abdominal?

1.- Túmbate boca arriba, con las rodillas flexionadas y los pies paralelos al ancho de las caderas.

2.- Coloca la pelvis neutra, respetando la curva lumbar natural y separa las orejas de los hombros sintiendo como elongas tu columna vertebral y creces.

3.- Inhala y abre grande las costillas, para ello debes dirigir el aire hacia ellas y no hacia el abdomen (salvo que tu fisioterapeuta/entrenadora especialista te haya prescrito dirigirlo hacia abdomen por otro motivo).

4.- Mantén las costillas abiertas y exhala con los labios fruncidos (haciendo el sonido de la letra f) intentando mantenerlas abiertas hasta el final de la exhalación y relaja.

  5.- Por último, imagina que tienes una cremallera desde tu pubis hasta el apéndice xifoides (parte final del esternón) y al exhalar manteniendo las costillas abiertas, quisieras cerrarla llevando el ombligo hacia dentro y arriba.

   La activación del TVA no solo debemos trabajarla una vez hemos dado a luz, sino que debemos de trabajarla con diferentes ejercicios durante el embarazo para minimizar la aparición de la diástasis abdominal, tema del que hablamos en una de nuestras entradas anteriores del blog (https://mubesfisioterapia.com/diastasis-abdominal-mas-alla-de-la-estetica/)

   Estos ejercicios existe nocasiones que están contraindicados, como ya hemos indicamos en otras entradas,  y lo ideal es que un especialista nos supervise que los realizamos de forma correcta.

Diástasis abdominal, más allá de la estética

¿Qué es la diástasis abdominal o de rectos?

   Es la excesiva separación de los vientres del recto abdominal (el músculo más externo de la parte anterior del abdomen, las dos hileras de cuadraditos), que se produce en cualquier punto de la línea alba, la cual va desde el final esternón y las costillas hasta el pubis. La diástasis de rectos es más común en la zona supraumbilical y umbilical.

La línea alba es el tejido conjuntivo (un tejido de conexión formado por colágeno) y punto de sostén y anclaje del recto del abdomen y de los otros músculos de la pared abdominal que son el oblicuo interno, el oblicuo externo y el transverso abdominal.

¿Qué factores de riesgo existen? ¿Por qué a las embarazadas se ven más afectadas?

   Las causas que puede provocar la separación de la pared abdominal son:

  • Los grandes aumentos de peso y obesidad.
  • La tensión excesiva del abdomen ya sea con la práctica de abdominales convencionales y/o con ejercicios cotidianos que aumenten la presión intraabdominal.
  • Hipertonía de la musculatura abdominal, sobre todo en mujeres deportistas.
  • Estreñimiento crónico.
  • Embarazo.
  • Los fumadores y pacientes con tos crónica.
  • La posición que tome el feto en el útero.
  • Inflamación visceral, sobretodo del intestino y distensión abdominal.
  • Etnias (raza negra tienen un tejido con colágeno de peor calidad).

   Durante el embarazo, el 66% de las gestantes en tercer trimestre y el 100% al final de la gestación presentan una diástasis funcional, ya que la línea alba cambia su composición debido a los cambios hormonales (progesterona, relaxina y estrógenos) para poder distenderse y separar los rectos de la línea media, produciendo un estiramiento del músculo que está debajo, el transverso profundo y dar cabida a nuestro bebé. En esta etapa de embarazo trabajaremos para minimizarla y prevenir dolores y disfunciones.

    Aunque las mayorías de las diástasis abdominales que se presentan durante el embarazo se corrigen después del parto, el 53% de las mujeres la mantienen durante el postparto inmediato (primeras 6 semanas postparto), período tras el cual se cierran la mayoría. Si tras la revisión que debemos hacer por un fisioterapeuta especialista en uroginecología tras cuarentena persiste dicha distención lo abordaremos con un programa integral.

¿Para qué sirve la pared abdominal?

   El abdomen tiene muchas funciones importantes dentro del cuerpo y cuando hay una separación de esta pared se altera la función de la misma.

Se encarga de:

  • Producir movimiento: flexión nuestro tronco.
  • Sujeción visceral y sostén de vísceras.
  • Mantener la postura y estabilizar el tronco para poder realizar correctamente los movimientos.
  • Transferir las cargas y gestionar las presiones internas de nuestro cuerpo, para que no lo tengan que hacer otras estructuras como, por ejemplo, nuestro suelo pélvico.
  • Participar en la respiración.
  • Influir en el momento del parto y en la defecación.

¿Qué consecuencias tiene?

-La primera causa de consulta suelte ser a nivel estético, pues visualmente vemos que hemos recuperado el peso, pero seguimos teniendo la flacidez abdominal o la barriga abultada.

-La consecuencia más común es la inestabilidad de tronco y pelvis repercutiendo en la postura y causando dolor lumbar. Normalmente estos síntomas se acusan durante el embarazo, sobre todo durante el tercer trimestre, en el postparto o en cualquier momento si la diástasis de los tejidos persiste después del período de postparto.

-Debilitamiento del suelo pélvico, ya que alteramos la postura y la estabilidad, lo que nos puede hacer más propensas a cursar con incontinencias o prolapsos.

-Problemas con las digestiones como pesadez, hinchazón, gases.

En algunos casos podemos llegar a tener hernias umbilicales.

¿Cómo podemos saber si tenemos Diástasis Abdominal?

   La mejor forma es con el diagnóstico de un profesional sanitario especializado.Si tienes algunos de los síntomas anteriores o te notas la zona abdominal de debajo o encima del ombligo blanda o flácida, observas un bulto o protuberancia en el abdomen al flexionar el tronco, cargar algún peso, agacharte o toser cabe la posibilidad de que sea causado por una diástasis abdominal.

   De forma orientativa podemos realizar un test: tumbada boca arriba con las piernas flexionadas y los pies apoyados, coloca tus manos en la línea alba, realiza un abdominal tradicional, y palpa con tus dedos si existe hueco entre los rectos abdominales. Si existe más de 2,5 cm o nos caben dos dedos se considera que existe diástasis.

¿Cómo se trata?

   Dependiendo de la separación que tengamos de estos rectos, el tratamiento será de fisioterapia como primera opción o si la separación es muy grande (más de 2,5 cm) sería conveniente consultar además al cirujano de pared abdominal por si necesitásemos intervención quirúrgica.

   Si estuviera indicado el tratamiento quirúrgico, la fisioterapia especializada previa y posteriormente nos ayuda a minimizar las consecuencias y tener una mejor recuperación.

   Con ejercicio específico y consejos durante el embarazo nuestro objetivo será miniminar la diástasis abdominal, conseguir que el abdomen sea competente, que sepa gestionar las presiones y lleguemos en las mejores condiciones posibles al parto, además influye en el pronóstico de recuperación tras el parto.

   Las técnicas de fisioterapia y pautas cotidianas que te daremos en consulta serán:

  • Ejercicio terapéutico.https://mubesfisioterapia.com/entrenamiento-personal-2/
  • Reeducación postural con gimnasia abdominal hipopresiva especifica e indicada, trabajo con el tronco 5P.
  • Trabajo sobre el tejido con terapia manual, kinesiotape, electroterapia, biofeedback.
  • Aumentar la propiocepción y control motor de la musculatura.
  • Educación en las actividades de la vida diaria y al esfuerzo como tratamiento y prevención.
  • Reeducación de la respiración.
  • Recomendaciones nutricionales.

¿Cómo podemos evitarlo? ¿Qué podemos hacer y qué no?

   Podemos disminuir sufrir diástasis abdominal con la realización de ejercicio previo, durante embarazo y en el postparto, con higiene postural y alimentaria, corrigiendo factores de riesgo como el estreñimiento crónico o la deshidratación de los tejidos que unen estos rectos abdominales, y manteniendo un buen tono de nuestra zona abdominal para que cuando realicemos actividades diarias que aumenten la presión interna, como son levantarnos de la cama, quitarnos la ropa sin estar apoyadas, coger peso del suelo o realizar empujes nuestra musculatura nos proteja de lesionarnos

   Debemos evitar hacer movimientos de flexión abdominal (crunch abdominal) cuando haya factores predisponentes y siempre que no haya control en la zona abdomino-pelvi-perineal así como realizar empujes defecatorios o levantar peso en apnea (aguantando la respiración).

   Hacemos hincapié en la importancia de trabajar en la prevención y de acudir a un profesional siempre que tengamos algún síntoma de los descritos para iniciar un tratamiento adaptado lo antes posible evitando consecuencias posteriores si se mantiene esta diástasis en el tiempo.

   Por último, queremos mencionar que la diástasis de rectos no es la única responsable de un abdomen prominente o de determinados síntomas que hemos comentado, ya que el tono abdominal y la competencia abdominal juegan un papel igual o más importante en esto.