Dolor menstrual, frecuente si, normal NO

Dismenorrea

¿Qué es la dismenorrea?

   La dismenorrea es el dolor pélvico, abdominoperineal y/o lumbar que acompañan a la menstruación, desde 48 horas antes de la misma y usualmente persiste hasta 48-72 horas. Es un dolor incapacitante o limitante que requiere de la administración de antiinflamatorios y antiálgicos como ibuprofeno o paracetamol. Es una patología que afecta a más de la mitad de las mujeres en edad fértil de nuestro país.

Tipos de dismenorrea

   Puede ser dismenorrea primaria, dolor menstrual sin patología orgánica demostrable en el útero, o dismenorrea secundaria, dolor menstrual asociado a patologías pélvicas como pueden ser endometriosis, adenomiosis, endometritis, estenosis cervical y leiomioma.

   En este artículo nos referimos a la dismenorrea primaria.

¿Qué consideramos entonces normal?

   Consideramos normales aquellas molestias durante el primer día del ciclo o primer día de manchado por la inflamación fisiológica que se produce en este proceso.

   Sin embargo, no consideramos normal, aunque sea frecuente, sentir sufrimiento o dolor que te impida seguir con tu vida diaria, que te exija tomar medicación, o que curse con mareos, vómitos, calambres en la parte inferior de la pelvis o espalda y/o desmayos.

   Para que entendamos el mecanismo del ciclo menstrual, y explicar esas molestias, tenemos que comprender que el cuerpo pone en marcha un proceso de inflamación fisiológica (natural) tanto en las horas previas y siguientes al inicio del sangrado como durante la ovulación, en menor medida.

   Entre otras sustancias, se activan las prostaglandinas locales (que son mensajeros bioquímicos que hacen que se active o ralentice un proceso inflamatorio según del tipo de prostaglandinas: PG1, PG2, PG3). Estas provocan la vasoconstricción (estrechamiento) de las arterias que aportan sangre al endometrio, seguido de una necrosis isquémica, descamación endometrial y así inicia el principio del sangrado. Esto NO debería suponer una condición de dolor, puesto que el cuerpo tiene unos mecanismos fisiológicos, por los cuales, la inflamación que se genera en el útero una vez al mes, se resuelve de manera natural.

   Si sufrimos dolor menstrual mensualmente, tenemos que descartar primero patologías como la endometriosis, adenomiosis, miomas uterinos, pólipos, etc. Descartadas éstas, estaríamos sufriendo dolor menstrual sin que exista ninguna causa orgánica o enfermedad; por lo tanto, hablaríamos de dismenorrea primaria, que se produce cuando una inflamación es muy potente, o bien, tu organismo no la está controlando o resolviendo bien, tras lo cual recurrimos a los antiinflamatorios.

¿Cuáles son sus causas?

   Resulta que el dolor puede estar influido por:

– Generalmente se debe a un inadecuado balance hormonal, bien porque no hay suficiente progesterona en la segunda fase del ciclo o porque hay un exceso de estrógenos (hiperestronismo).

   Tener más estrógenos y menos progesterona puede causar un alto nivel de prostaglandinas. Además, estas prostaglandinas las sintetizamos a través de la ingesta de ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 en la dieta, y un exceso de prostaglandinas puede producirse también por la ingesta desequilibrada de estos ácidos grasos, cuando con nuestra alimentación aportamos más omega-6 que omega-3. Ya que la ingesta de omega-6 favorece la producción de prostaglandinas que favorecen la señal proinflamatoria, PGE2.

   Así pues, cuando llega el momento de menstruar, tu organismo tiene una gran facilidad para producir PGE2, pero no hay prostaglandinas para contrarrestar el efecto inflamatorio, PGE1 y PG3 (del omega-3) y esto hace que aparezca dolor.

   Detrás de este disbalance hormonal puede haber múltiples causas, entre ellas: déficits de micronutrientes, una alimentación basada en exceso de alimentos procesados, una función ovárica alterada, alteraciones metabólicas que impidan una correcta eliminación de estrógenos, disruptores endocrinos….

– Los disruptores endocrinos u hormonales, también llamados estrógenos ambientales u hormonas ambientales. Son sustancias químicas, ajenas al cuerpo, capaces de alterar nuestro equilibrio hormonal, por tanto, de alterar el correcto funcionamiento corporal y afectar negativamente a nuestra salud.

Se encuentran en muchos productos de uso cotidiano como insecticidas y pesticidas en alimentos, encontramos ftalatos en juguetes, perfumes o productos de cosmética y cremas solares con filtro UV; parabenos en cosméticos o aditivos alimentarios; bisfenoles en botellas y tuppers de plástico, latas o tickets de la compra, retardantes de llama en productos electrónicos y muebles, nonilfenol en detergentes, aerosoles en desodorantes  Y agentes bactericidas como el triclosán en las pastas de dientes.

– Además todo puede verse influido por factores como: estrés crónico, falta de descanso, sedentarismo, tabaquismo, alcohol, drogas, etc.

¿Cómo podemos evitarlo? 

   El tratamiento médico por elección suelen ser los anticonceptivos orales o los AINES, pero son tratamientos con muchos efectos secundarios.

   El ácido acetil salicílico o ibuprofeno bloquean la síntesis de prostaglandinas, la inflamación disminuye y con ella el dolor. Pero debemos entender que lo normal sería que la menstruación no cursara con dolor, sino con una molestia llevadera y no limitante, una inflamación fisiológica (natural y leve) que tu cuerpo es capaz de gestionar.

   Para evitarlo, es muy importante que revisar tu alimentación. Nuestra dieta habitualmente aporta un exceso de grasas saturadas y de omega-6, por lo que debemos reducir la ingesta de omega-6 e incrementar los omega-3 a partir de incorporar pescado y alimentos del mar, semillas de lino y chía, nueces o alimentos enriquecidos y suplementos nutricionales si fueran necesarios. El omega-6 está presente en los aceites vegetales que se utilizan en los productos envasados y procesados, y el ácido araquidónico presente en embutidos y carnes procesadas.

¿Cuál es el tratamiento?

   Sería conveniente trabajar de la mano con un profesional especializado que estudiara e individualizara el tratamiento en cada caso concreto.

   Además, debemos aportar a la dieta magnesio, cúrcuma y vitaminas A, E, B1, B6 y D para mediar en el control inflamatorio. Tomar el sol e incluir en tu dieta alimentos con β-carotenos como la zanahoria, hortalizas rojas, amarillas y naranjas.

   Comiendo alimentos ecológicos o de origen orgánico. En ellos no se usan los pesticidas como el DDT. Los productos cosméticos debes intentar igualmente que no contengan parabenos.

   La fisioterapia de suelo pélvico se presenta como una alternativa de tratamiento muy efectiva, encaminada a la búsqueda de la causa del dolor, y a la analgesia o disminución del mismo.

¿Qué hacemos desde la fisioterapia? 

   Desde la fisioterapia, abordamos la dismenorrea según el caso individual que presente la paciente con diferentes técnicas y buenos resultados.

– Recomendamos o asistimos ejercicio terapéutico, que aumente la oxigenación y nutrición en los tejidos. Entre ellos, la práctica de yoga 20 minutos al día durante 14 días en la fase lútea ha demostrado ser beneficiosa para reducir sintomatología.

– Hacemos uso de la vibración como herramienta terapéutica analgésica muy útil, en el blog tenemos una publicación sobre ellos.

– Colocamos vendajes neuromusculares que aumenten la vascularización, propiocepción y relajación de estos tejidos.

Enseñamos el proceso fisiológico de la menstruación y de la inflamación que provoca ese dolor, haciendo consciente al paciente para que pueda interpretar y actuar con las distintas herramientas según el proceso y sus síntomas.

– Nos ayudamos de corrientes analgésicas para disminuir el dolor cuando este está en estado agudo.

– Tratamos con terapia manual y osteopatía visceral. Valorando, entre otros, si existe algún bloqueo del diafragma y algún cambio en la posición uterina, pues con estos procesos pueden aparecer tensiones o espasmos en sus uniones ligamentosas y miofasciales y a otros órganos cercanos o región pélvica, que nos limiten el movimiento que necesita el útero para realizar contracciones con dificultad.

https://www.fisioterapia-online.com/articulos/fisioterapia-para-el-tratamiento-de-la-dismenorrea

Efectivamente, el dolor menstrual es muy frecuente en las mujeres de edad fértil, sin embargo, siempre que no tenga una patología asociada diagnosticada, el dolor menstrual no es normal y podemos conseguir disminuirlo y aliviar los síntomas desde la fisioterapia, el ejercicio físico y la alimentación equilibrada.https://mubesfisioterapia.com/wp-admin/post.php?post=171&action=elementor

Fisioterapia y Osteopatía en el Cólico del Lactante

 

   ¿Quién no ha oído hablar del temible cólico del lactante? Todos tenemos un familiar, un amigo que nos ha informado de las delicias de este cuadro que aparece en los recién nacidos a partir de las 3 semanas de vida aproximadamente.

   El cólico del lactante, es uno de los cuadros que más consultas médicas genera, en urgencias y en las consultas pediátricas regladas.

    A pesar de esto, el hecho de ser un cuadro funcional que no pone en riesgo la salud del recién nacido y tener un buen pronóstico, hace que desde el punto de vista médico no se tome en consideración como un problema importante; suelen decirnos que nos calmemos, en 3 o 4 meses pasará.

   Nada más lejos de la realidad, es necesario que el cuadro remita lo antes posible para evitar consecuencias a corto y largo plazo: ansiedad de los padres, visitas médicas continuas, perjudica la lactancia materna, migrañas en la infancia y la adolescencia, problemas de oído, trastornos alérgicos…

Pero… ¿qué es el cólico del lactante?

   Existen varios cuadros que afectan al aparato digestivo del lactante, que comparten algunos síntomas entre ellos y tienen otros que los diferencian.     Normalmente usamos la expresión “cólico del lactante” para hacer referencia a estos trastornos, pero es necesario saber diferenciarlos.

   Todos ellos pueden y deben ser tratados. Realizar un buen diagnóstico nos lleva a realizar un tratamiento correcto.

Carasterísticas de los trastornos digestivos en el lactante 

·       Cólico del lactante: 

 

        Llanto difícilmente consolable y sin motivo ni relación aparente con ningún acontecimiento.

        Paroxístico: de inicio brusco y corta duración. Picos de llanto.

        Sin un horario definido de aparición, aunque es más frecuente al final del día. El resto del día el bebé está tranquilo.

        No se calma al cogerlo, suele calmarse al defecar.

        En las crisis se encoge, cierra los puños.

        El bebé está sano y gana peso.

        Suele seguir una pauta de 3 horas o más al día, al menos 3 días a la semana durante una semana.

·       Reflujo:

        El bebé se encuentra mal casi todo el día y todos los días.

        Come con ansiedad y cada poco tiempo.

        No les gusta estar boca arriba, la cuna o el carro “parece que tiene pinchos”.

        Hipo y salivación con burbujas.

        Se calma al cogerlo.

        En las crisis de llanto se estira.

·       Estreñimiento:

 

        El bebé defeca cada 4 o más días

        El lado izquierdo del abdomen suele estar abultado.

        Flatulencias de muy mal olor

        Pasa el día empujando y haciendo ruidos.

        Se calman al defecar.

 

·       Gases:

 

        Abdomen como un globo.

        Se encojen durante las crisis, pero menos que en el cólico.

        Prefieren estar boca abajo.

        Se calman al expulsar los gases.

        Se asocia a un trabajo de succión incorrecto causado por otros trastornos que habrá que abordar durante el tratamiento.

Habitualmente vemos cuadros superpuestos.

Tratamiento mediante terapia manual (fisioterapia y osteopatía) 

·           Debemos verificar que no hay alteraciones a nivel vegetativo, esto es, a nivel de las órdenes que recibe el aparato digestivo del bebé para funcionar correctamente.

·           Valorar y tratar, si se diera el caso, esos otros trastornos que nos pueden empeorar o causar el cuadro por el que el bebé acude a la consulta. Éstos pueden ser: tortícolis, plagiocefalia deformacional, frenillo, problemas de mandíbula, problemas de agarre durante la lactancia.

·           A nivel abdominal, trabajamos sobre las tensiones existentes en los tejidos que rodean a puntos importantes del aparato digestivo del bebé como esfínteres, colon, duodeno. Es necesario aclarar que el trabajo se realiza sobre estos tejidos circundantes y no sobre la propia víscera.

·           Según el cuadro, se aconseja a los padres y familiares medidas para casa como masajes, posturas…https://mubesfisioterapia.com/fisioterapia/fisioterapia-osteopatia-pediatrica/

Frenillo lingual corto o anquiloglosia

   

   El frenillo lingual corto o anquiloglosia puede provocarnos diferentes dificultades, no solo en el habla como siempre se ha pensado.En este artículo hablaremos sobre que es un frenillo lingual corto o anquiloglosia, cómo se clasifican y qué podemos hacer si nuestro hijo lo presenta. 

¿Qué es el frenillo lingual?

   

   Es un pliegue vertical de mucosa que se encuentra en la cara ventral de la lengua, es decir en la parte de abajo y que la une con el suelo de la boca. No todos los frenillos se catalogan como anquiloglosia.

¿Qué es la Anquiloglosia?

 

   Anquiloglosia significa que la lengua está anclada o atada al suelo de la boca, es decir, que hay un impedimento en la movilidad lingual. Por lo tanto, que la lengua esté limitada en sus movimientos puede provocar alteraciones en las distintas funciones orofaciales.

¿Cómo podemos saber si nuestro hij@ tiene frenillo lingual corto?

 

   Vamos a detallar algunos signos que podemos observar en el bebé: 

 

       Lengua bífida o en forma de corazón

       Retrognatia (posición retraída de la mandíbula)

       Paladar ojival

       Lengua baja en reposo y respiración oral

       Callo de succión

       Escasa ganancia de peso

       Tomas muy largas

       Irritablilidad 

       Chasquidos cuando maman

       Cólicos y/o gases

       Atragantamientos

       Reflujo o regurgitaciones 

       Grietas y heridas en los pezones

       Mastitis y/u obstrucciones

       Baja producción de leche

Y los signos en el niño: 

       Dificultades de elevación lingual

       Dificultades para sacar la lengua mas allá de los labios

       Lengua bífida o en forma de corazón 

       Dificultades al vibrar 

       Lengua baja y respiración oral

       Maxilar estrecho y paladar ojival 

       Apiñamiento dental

       Retrognatia 

       Dificultades en la deglución y/o masticación

       Maloclusiones dentales

       Dificultades de habla

   Por lo tanto, cuando hay anquiloglosia aparecen diferentes estrategias compensatorias que intentar suplir algunas de las necesidades que se han detallado anteriormente y esto provoca que aumenten las alteraciones en las funciones e incida directamente sobre la estructura. 

¿Cómo se clasifican los frenillos linguales?

   Frenillo anterior o tipos 1: con inserción en la punta lingual y en el borde alveolar inferior. 

         Frenillo anterior  o tipo 2 con inserción unos milímetros por debajo de la punta lingual y a unos milímetros de distancia del borde alveolar inferior. 

          Frenillo posterior o tipos 3 con componente submucoso, aunque se observa una pequeña membrana visible. 

          Frenillo posterior o tipos 4 con componente submucoso. No se aprecia a simple vista ya que se encuentra bajo una capa de tejido submucoso completamente. 

 Esta clasificación no implica que un tipo tenga mas gravedad que otro. 

¿Qué hacer si nuestro hijo presenta una anquiloglosia?

 

  Hay diferentes herramientas de valoración de anquiloglosia, es importante que se realice una buena valoración para determinar si es necesaria la cirugía. Dependiendo de la edad, se realiza un tipo de valoración.

 

  Es importante acudir a un especialista para que valores las características y necesidades individuales y decida el tipo de intervención que necesita. Tanto si es necesaria intervención quirúrgica como si no, se debería realiza un trabajo multidisciplinar entre diferentes profesionales, entre los que están incluidos el cirujano, el fisioterapeuta -osteópata y el logopeda.

  El fisioterapeuta – osteópata se encarga de trabajar a nivel de musculatura, fascias y articulaciones que conforman el sistema estomatognático, es decirla mandíbula, músculos de la base de la lengua y musculatura cervical.Además a nivel de cráneo, ya que no olvidemos que éste es maleable y puede sufrir deformaciones durante el embarazo, el parto y por la forma de colocarlo y cogerlo.

  Conclusión

  En resumen, el frenillo lingual corto o anquiloglosia puede causar diferentes consecuencias y estas estarán directamente relacionadas con las funciones orofaciales. 

Se pueden presentar estas dificultades desde el nacimiento, observándose principalmente las dificultades en la lactancia y provocando consecuencias tanto en el bebé como en la madre. 

  Si existe alguna sospecha de que el niño puede tener alguna alteración en el frenillo, es importante que la evaluación la realice un profesional para valorar las necesidades reales.

  No dudes en contactarnos, te asesoraremos y ayudaremos a solucionarlo.

 

¿Tiene mi bebé tortícolis congénita?

bebé con torticolis

¿Tú bebé mira siempre hacia el mismo lado? ¿Come peor de un pecho que de otro? Podría ser a causa de una torticolis congénita.

  La tortícolis es la inclinación lateral de la cabeza y la rotación de la misma en sentido contrario. Esta posición de la cabeza es debida a un acortamiento del músculo esternocleidomastoideo (ECM) o del trapecio (menos común).    

   El músculo se comporta como una cuerda elástica que se acorta y estira, en ocasiones este mecanismo no se produce con normalidad y entonces aparece lo que conocemos como tortícolis.

   Existen distintos tipos de tortícolis según la causa: congénita, mal posicionamiento del bebé, causas musculoesqueléticas, patología ocular, patología local inflamatoria. En esta ocasión nos vamos a centrar en la tortícolis congénita.

   Cómo ya vimos con anterioridad en este blog, la tortícolis congénita puede ser una de las causas de la aparición de Plagioceflia Deformacional o asimetría del cráneo en bebés, ya que el músculo se inserta en la parte inferior y posterior del cráneo, a ambos lados.https://mubesfisioterapia.com/plagiocefalia-posicional-que-podemos-hacer-desde-la-fisioterapia/

Causas de la tortícolis congénita

  •   Teoría obstétrica (durante el parto): según esta teoría la tortícolis puede producirse por un parto difícil, especialmente si el bebé es grande o si existe una expulsión prolongada, distocia de hombro, presentación podálica o de nalgas.
    El músculo esternocleidomastoideo se puede desgarrar y provocar hematomas y hemorragias. En ocasiones se puede palpar y es necesario hacer un diagnóstico diferencial con otro tipo de tumores o adenopatías.

    El músculo se tensa y acorta por la formación de fibrosis y esto provoca la inclinación y rotación de la cabeza desarrollando la asimetría craneal y/o alteraciones faciales.

  •   Teoría sobre la lesión vascular intrauterina: debido a una malposición del cuello del feto en el útero se produce una mala irrigación o circulación del músculo esternocleidomastoideo (ECM), esto provoca la formación de fibrosis tensando y acortando el músculo.

       La fibrosis se puede palpar en forma de masa o nódulo. Igualmente la cabeza rota y se inclina pudiendo provocar una asimetría del cráneo y/o alteraciones faciales.

       En un estudio radiológico pueden aparecer asociada a una fractura de clavícula, displasia de cadera o pie zambo. Puede ser que aparezca una escoliosis (desviación lateral) de la columna cervical.

Tratamiento fisioterapéutico de la tortícolis congénita

   Es eficaz en el 90% de los casos y está basado principalmente en :

–  Medidas posturales: posición en la cuna ,forma de cogerlo.

–  Ejercicios de elongación/estiramientos del músculo acortado, el del lado de la inclinación.

–  Estimulación de la rotación limitada de forma activa, esto es, presentar estímulos para conseguir que realice por sí sol@ el movimiento.

–  Tratamiento Osteopático: como ya hemos referido con anterioridad, la tortícolis congénita puede provocar la aparición de plagiocefalia posicional debido a la tracción que ejerce el músculo esternocleidomastoideo en su inserción en el cráneo y a la maleabilidad de los huesos del mismo. Esta característica juega también a nuestro favor en el éxito del tratamiento.

   Las tensiones que ejerce el músculo sobre la parte posterior del cráneo se transmite al resto de huesos que lo forman.

   Este tema lo tratamos con anterioridad en el blog pero a modo de resumen diremos que se produce un aplanamiento de la zona posterior del cráneo, una prominencia del frontal incluso un posicionamiento anterior de la oreja, todo ello contrario a la tortícolis.

   Pueden aparecer también desviaciones de la mandíbula, afectación nervios de la cara, problemas oculares…El tratamiento osteopático frena y corrige todas estas posibles anomalías de una forma muy eficaz.Hay que señalar que el profesional de la Fisioterapia que trate estas tensiones anómalas que se generan en el cráneo debe tener una formación específica en Osteopatía.

–   Por último y no menos importante, es el trabajo en casa que realizan los padres y/o familiares más cercano. Habrá que aconsejar y marcar unas pautas a los padres sobre la colocación de la cuna, la forma de coger al bebé, movilizaciones y estiramientos del cuello, Es parte fundamental del tratamiento, ya que es con ellos con los que pasa la mayor parte del tiempo.https://www.traumatologiainfantil.com/es/columna/torticolis-muscular

     El tratamiento quirúrgico de la torticolis se realiza en los casos en los que fracasan las medidas anteriormente explicadas y para los diagnosticados de forma tardía.

En RESUMEN:

  •   Debes estar atent@ a la posición de la cabeza de tu bebé, si gira por igual la cabeza ante los estímulos ofrecidos por ambos lados, si come igual de los dos pechos, si aparecen zonas de aplanamiento posterior en el cráneo.

  •   Consultar con el Pediatra si notas alguna anomalía.

  •   Acudir a un Fisioterapeuta que te ayude a resolver el problema.https://mubesfisioterapia.com/fisioterapia/fisioterapia-osteopatia-pediatrica/

Ejercicio y actividad física en el embarazo ¿qué puedo hacer?

   Cuando nos quedamos embarazadas empiezan a surgirnos muchísimas dudas en relación a qué tipo de actividades o ejercicios puedo realizar durante esta etapa, pero sobre todo qué no debo o puedo hacer. 

Diferencia entre  ejercicio físico y actividad física

  Antes de comenzar, hay que dejar claros los siguientes dos conceptos, Actividad Física VS. Ejercicio Físico:

   -La Actividad Física es cualquier movimiento corporal de nuestros músculos esqueléticos que dé como resultado un gasto energético mayor al que tenemos en un estado de reposo. Ejemplos: actividades cotidianas como trabajar, asearse, limpiar, caminar…

   -El Ejercicio Físico es Actividad Física pero planeada, estructurada y de manera repetitiva con el fin u objetivo de mejorar o mantener los niveles de condición física. Ejemplos: entrenamiento de fuerza, de resistencia, de velocidad… Todos ellos planificados.

¿Cómo saber si puedo hacer ejercicio físico?

   La última guía de recomendaciones de actividad física durante el embarazo (https://bjsm.bmj.com/content/52/21/1339) publicada por el CSEP (Canadian Society for Exercise Physiology) nos dice que toda mujer embaraza puede seguir realizando actividad física con la excepción de tener alguna contraindicación.

   Las contraindicaciones que se explican se clasifican en relativas o absolutas (ver tabla). Las mujeres que tengan contraindicaciones relativas deben consultar con su ginecólogo sobre si deben o pueden realizar ejercicio físico y las mujeres que tengan contraindicaciones absolutas no deben realizar ejercicio físico, pero todas deben mantenerse activas, es decir, si podrán realizar actividad física.

CONTRAINDICACIONES RELATIVAS

CONTRAINDICACIONES ABSOLUTAS

Ø  Abortos previos recurrentes.

Ø  Hipertensión gestacional.

Ø  Historial de partos prematuros espontáneos.

Ø  Enfermedad cardiovascular o respiratoria leve o moderada.

Ø  Anemia sintomática.

Ø  Malnutrición.

Ø  Desórdenes alimenticios.

Ø  Embarazo gemelar después de la semana 28.

Ø  Otras condiciones médicas significativas.

Ø  Ruptura de membranas.

Ø  Riesgo de tener parto prematuro.

Ø  Sangrado vaginal persistente e inexplicado.

Ø  Placenta previa después de la semana 28 de gestación.

Ø  Cérvix (cuello uterino) incompetente.

Ø  Restricción de crecimiento intrauterina.

Ø  Pre-clampsia .

Ø  Embarazo múltiple (trillizos).

Ø  Diabetes tipo I no controlada.

Ø  Hipertensión no controlada.

Ø  Enfermedad tiroidea no controlada.

Ø  Otras enfermedades cardiovasculares, respiratorias o sistemáticas graves.

¿Realizabas ejercicio físico/entrenamiento antes de quedarte embarazada?

   La duda más escuchada que tienen las mujeres que se quedan embarazadas y entrenaban de manera continua antes de este momento es: 

¿Puedo seguir entrenando ahora que estoy embarazada?

   La respuesta es sí, siempre y cuando no tenga ninguna contraindicación de las explicadas anteriormente, y no de la misma manera que si no estuvieras embarazada.

   Las mujeres que no realizaban ningún tipo de ejercicio físico antes del embarazo, pueden comenzar a realizarlo, pero de manera progresiva y siempre bajo supervisión de un especialista en ejercicio en embarazo y posparto.En el siguiente enlace ampliamos información e cómo lo hacemos en nuestro centro:https://mubesfisioterapia.com/clases-grupales/ejercicio-fisico-en-embarazo/

   Es recomendable que comiences a ser activa durante el embarazo ya que aporta grandes beneficios tanto para ti como para tu bebé, pero de esto hablaremos en otro post.

¿Qué tipo de actividades están prohibidas durante el embarazo?

   Algunas actividades deportivas suponen un riesgo para el embarazo y están contraindicadas. Estas actividades son las siguientes:

  • Actividad física con calor excesivo, especialmente con alta humedad.
  • Actividades de contacto físico o riesgo de caída.
  • Submarinismo.
  • Mujeres que vivan a menos de 2500m de altitud deben evitar realizar actividad física a gran altitud (>2500m).

   Además, debes mantener una buena hidratación, beber agua antes, durante y después del ejercicio/actividad.

Razones por las que parar la actividad física o entrenamiento

   Si realizas alguna actividad o sesión de entrenamiento y experimentas algunos de los siguientes síntomas, debes para inmediatamente y acudir al médico:

-Falta de aire excesiva y persistente que no se recupera en reposo.

-Dolor severo en el pecho.

-Contracciones uterinas regulares y dolorosas.

-Sangrado vaginal.

-Pérdida persistente de fluido desde la vagina que pueda indicar la ruptura de membranas.

-Mareo o debilidad persistente que no desaparece al descansar.

   Si quieres profundizar en todos los conceptos explicados en este post, os recomendamos que visitéis este enlace https://csepguidelines.ca/guidelines-for-pregnancy/y no dudéis en poneros en contacto con nosotras para resolver cualquier pregunta que pueda surgiros.