¿Por qué son los vibradores un aliado terapéutico?
Los vibradores pueden ser un aliado terapéutico en el tratamiento de varias disfunciones de suelo pélvico. Aunque antiguamente su uso se limitara a un componente sexual, lo cierto es que hoy en día la vibración es considerada una herramienta terapéutica con la que vamos a obtener múltiples beneficios para nuestro suelo pélvico tanto en consulta como en trabajo domiciliario.
¿Para qué se sirven los vibradores como terapia? ¿Que conseguimos con ellos?
Dependiendo del tipo de vibrador, forma, intensidad, frecuencia y del objetivo de la paciente obtenemos diferentes beneficios a nivel muscular, óseo y fascial.
Conseguimos un aumento del aporte sanguíneo en la zona, y con ello la normalización del tono muscular, es decir, cuando existe una hipertonía (exceso de tono) ayuda a disminuirlo y si existe un hipotono (bajo tono) ayuda a aumentarlo.
También añade un estado de relajación y aumento de propiocepción en la zona que lo utilizamos.
¿Cuándo es aconsejable usarlo?
En consulta, recomendamos su uso en distintas situaciones o disfunciones de suelo pélvico.
- Alivio del dolor, en pacientes con dolor menstrual (dismenorrea) o dolor pélvico crónico.
- Mejora del tono muscular interno y externo influenciando el cierre de la vagina.
- Como tratamiento de cicatriz o edema.
- En anorgasmias, dificultad para llegar a orgasmo.
¿Cómo usamos vibradores en consulta?
Primero, enseñamos a la paciente como funciona y como trabajamos con ellos en la zona perineal externa, intracavitaria, pélvica o abdominal, para que vayan familiarizándose con su uso terapéutico.
Con ello, manejamos el control motor de la zona y hacemos un trabajo de la sensibilidad o de desensibilización a diferentes estímulos.
- Para el manejo del dolor:
Usamos una vibración suave, de baja intensidad y constante, en el que incidimos en la presión en vez del movimiento, ya que buscamos la acomodación del tejido y con ello provocar relajación e inhibición de los puntos de tensión. En el caso del dolor menstrual, incidimos en el pubis, zona baja del abdomen y zona lumbar.
- Para mejorar el tono muscular o cierre de la vagina:
Utilizamos los cambios de ritmo y aumento de intensidad en la vibración, siempre que sea agradable, y sumarle movimiento, para evitar la acomodación de los tejidos al estímulo.
Muy útil en rectoceles, apoyado sobre la pared posterior de vagina internamente sin empujar.
Para el cierre vaginal colocamos el vibrador en las primeras sesiones en la musculatura superficial y si queremos trabajar las paredes de la vagina usamos un vibrador intracavitario, (que podamos introducir).
Además, esto podemos combinarlo con trabajo de contracciones voluntarias.
- Para el tratamiento de cicatriz:
Desensibilizando la zona, siempre que esta esté bien cerrada y cicatrizada. Empezamos con intensidades bajas y vamos subiendo la intensidad poco a poco conforme se acomoda el tejido, con presión progresiva sobre él.
- Para anorgasmias:
Al mejorar la calidad del tejido y el tono muscular en suelo pélvico mejorará la sensibilidad y las relaciones sexuales.
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¿Cuánto tiempo lo usamos?
Con finalidad terapéutica podemos usar la vibración entre 10 y 15 minutos al día, dependiendo del objetivo que tengamos con su utilización.
¿Qué tipo de vibrador es terapéutico?
Cualquier vibrador u objeto que produzca vibración que tengamos en casa puede ser útil como tratamiento. Ellos deben tener diferentes frecuencias e intensidades que se puedan modular.
Para el dolor es preferible usar vibradores largos, con intensidades regulables bajas y finos para el tratamiento de puntos gatillo; para el cierre vaginal vibradores más anchos y para tratamiento de la cicatriz es aconsejable usar cualquier vibrador pequeño con punta redondeada.
¿Se puede usar en todos los casos? ¿hace falta valoración por profesional?
Por normal general, la vibración no es una herramienta terapéutica con muchas contraindicaciones, pero es aconsejable la valoración por tu fisioterapeuta especializado en Uroginecología para descartar otras disfunciones que limiten el uso de esta terapia como dolor que no haya sido tratado en consulta, o de intensidad tal que la vibración le resultara desagradable.
Como hemos visto los vibradores pueden ser un aliado terapéutico en el tratamiento de varias disfunciones de suelo pélvico como complemento al tratamiento de fisioterapia especializada tanto en consulta como en domicilio.