La radiofrecuencia corporal y facial implica la aplicación de ondas electromagnéticas de frecuencia elevada sobre la piel, lo cual produce un aumento de temperatura en las diferentes capas de las dermis, alcanzando al menos los 40 °C. A través del calor estimulamos la circulación y desencadenamos un proceso que provoca una producción de los componentes estructurales naturales de la piel como el colágeno, además de la elastina y el ácido hialurónico.
La radiofrecuencia es un tratamiento no invasivo e indoloro que no requiere tiempo de inactividad. Después de la sesión, es posible que experimentes un enrojecimiento o una ligera sensación de calor en la zona tratada, pero por lo general, puedes reanudar tus actividades normales de inmediato.
El colágeno es una es una de las proteínas más importantes del cuerpo humano fabricada por unas células llamadas fibroblastos y hace de soporte de la piel y la mantiene tersa.
Con el paso del tiempo, el colágeno que producimos disminuye o se deteriora por los efectos del sol y de otros factores. Cabe recordar que el colágeno. Después de varias sesiones, se llega a lograr una reestructuración del colágeno profundo y la formación de nuevas fibras.
Se puede realizar tanto facial como corporal.
El paso el tiempo o la exposición al sol repetidamente sin protección solar, la producción de colágeno se reduce paulatinamente, lo que provoca que la pérdida del óvalo facial por la flacidez.
Con este tratamiento se consigue una piel más oxigenada, tensa, firme y elevada.
La radiofrecuencia facial se ha convertido en uno de los tratamientos más demandados en medicina estética, entre otros motivos, porque es un tratamiento no invasivo que combate la flacidez, elimina las arrugas y consigue un efecto flash aportando además una gran luminosidad. Es una técnica segura, sencilla, que no precisa agujas ni inyecciones, tampoco se introduce ninguna sustancia externa, y sus efectos secundarios son muy infrecuentes.
La radiofrecuencia corporal también ofrece una amplia gama de beneficios para mejorar la apariencia de tu cuerpo y sentirte más segura y confiada.
La radiofrecuencia corporal también ofrece una amplia gama de beneficios para mejorar la apariencia de tu cuerpo y sentirte más segura y confiada. El número de sesiones de radiofrecuencia corporal dependerán de la zona que se quiera trabajar, de la potencia que se pueda aplicar en cada paciente, de la superficie corporal a tratar, del tipo de cuerpo y piel de cada paciente. Su frecuencia al inicio del tratamiento variará en función del deterioro de la piel, pudiendo ser de hasta dos sesiones semanales si fuese necesario, la media será entre seis y diez sesiones.
El efecto inmediato de la aplicación de radiofrecuencia en el organismo es la reparación del colágeno.
Los efectos son visibles, de forma habitual, a partir del mes de tratamiento y mejoran en los siguientes, aunque esto dependerá del estado del colágeno de cada paciente.
Posteriormente y como tratamiento de mantenimiento, las sesiones pueden espaciarse de manera que puede realizarse solo una sesión mensual de recuerdo. Al terminar cada sesión de radiofrecuencia es normal que la piel presente un pequeño enrojecimiento, que desaparece al poco tiempo.
La radiofrecuencia es un tratamiento rápido en el que cada sesión dura aproximadamente 30 minutos. A las tres semanas de realizarte el tratamiento ya puedes ver unos buenos resultados, aunque el cuerpo sigue trabajando hasta pasados 4 meses, es en ese momento donde podrás ver los resultados definitivos.
Durante los 4 primeros meses es recomendable reforzar el efecto de la radiofrecuencia con vitaminas o complementos alimenticios que favorezcan al correcto desarrollo del colágeno.
La radiofrecuencia corporal es uno de los tratamientos más seguros y utilizados, aunque existen unas contraindicaciones que es mejor conocer antes de comenzar con el tratamiento.
Es recomendable que el paciente antes de comenzar su tratamiento pueda consultar con su médico cualquier contraindicación que le pueda causar su situación específica.
Este procedimiento se puede realizar en cualquier época del año y no requiere un tiempo de recuperación posterior.
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