Malos Hábitos Orofaciales

   Los malos hábitos orofaciales en la infancia pueden provocar desequilibrios en la estructura orofacial, cambiando así tanto la forma de boca, dientes, maxilar,… como las funciones que están implicadas en la alimentación, respiración y habla.

   Nuestro ritmo diario en muchas ocasiones no nos permite preocuparnos de las pequeñas cosas, el biberón y el chupete nos suele resultar una vía fácil para calmar a nuestro hijo o hacer que coma mas rápido y de forma autónoma. Sin embargo, prolongar el uso de estos puede retrasar o alterar algunas funciones orofaciales como la masticación, la respiración, la deglución o el habla y ocasionar alteraciones en la estructura orofacial.

¿Cuáles son los malos hábitos más frecuentes entre la población infantil?

    • Chupete
         La succión es un reflejo que aparece durante la gestación, es muy importante durante los primeros meses de vida, ya que este reflejo va a permitir que el bebé se alimente, pero pasado este periodo, sobre los 6 meses de vida, deja de ser reflejo. Es importante sobre 1,5-2 años retirar el chupete en su totalidad, aunque es bastante normal encontrarse niños con chupete pasados los 2 años, principalmente durante la noche.

  •  Biberón

       Muchos niños mantienen el biberón por la mañana y/o la noche incluso
    cuando ya tienen adquiridas las habilidades para beber en vaso, es aconsejable que el uso de biberón se vaya retirando progresivamente alrededor del año de vida cuando tienen dichas habilidades, ya que el uso prolongado de éste puede provocar alteraciones estructurales, funcionales, caries,…

  • Succión del dedo pulgar, labial o lingual

       Al igual que el chupete, muchos niños se chupan el dedo, labio, lengua, carrillo,… Aunque con el dedo, a diferencia de con el chupete, se introduce en la boca a modo de gancho, ejerciendo fuerza sobre los dientes y paladar y esto puede crear una presión añadida y facilitar deformaciones.
  •  Morderse las uñas u otro objetos

       Aunque parezca raro, hay pequeños que empiezan a morderse las uñas desde muy temprana edad. Es importante erradicar este hábito pues genera alteraciones, aunque en menor medida que las anteriormente descritas, en las estructuras orofaciales.

¿Cuáles son las principales consecuencias?

   Las consecuencias de estos malos hábitos van a depender de diferentes factores, como la frecuencia, la intensidad o el tiempo que lleva con el hábito, así como la edad que el niño tenga, no en todos afectará de la misma manera, cada uno tenemos unas características particulares que nos hace únicos.

Las principales consecuencias que solemos observar en consulta son:

  •   Deglución atípica

       La lengua se interpone entre las arcadas dentarias durante la deglución ejerciendo presión hacia adelante y/o hacia los lados, en algunas ocasiones se interpone también el labio inferior.

  •  Respiración oral

       La boca se mantiene abierta y la lengua baja y adelantada, posicionándose entre interposición lingual, que es otra de las consecuencias más importantes.

  •  Maloclusiones dentales

       Las más frecuentes son mordida abierta, que es cuando no existe contacto entre los dientes superiores e inferiores cuando se realiza la oclusión, pudiendo ser anterior o lateral, o mordida cruzada, creándose una relación incorrecta entre el maxilar superior e inferior, observándose un cruce entre las arcadas.

  • Paladar ojival

       El paladar se estrecha y se eleva en su parte central. Normalmente la lengua está en continuo contacto con el paladar, cuando existen alteraciones en la funciones orofaciales y la lengua no entra en contacto con éste, ya sea por dificultades en la movilidad lingual, chupete o succión digital, respiración oral,… se desarrolla esta forma de paladar, provocando alteraciones en la estructura.

  • Problemas de habla

       Normalmente va asociado a algunas de las alteraciones anteriores cuando están provocadas por este motivo. Son niños con dificultades articulatorias, para uno o varios fonemas, ininteligibilidad del habla y/o retraso en la aparición del lenguaje.

¿Qué preguntas debo hacerme para detectar posibles consecuencias de los malos hábitos orofaciales?

  •   ¿Mantiene siempre la boca abierta?

  •   ¿Tarda mucho en comer o por el contrario come muy rápido tragando trozos muy grandes sin masticar?

  •   ¿Al tragar la lengua sale entre los dientes o labios?

  •   ¿Tiene dificultades para pasar a los alimentos sólidos?

  •   ¿Babea mucho?

  •   ¿Ronca cuando duerme o respira muy alto?

       Si vuestro hij@ presenta alguno de los hábitos anteriormente mencionados o por el contrario has observado alguna de las consecuencias descritas, es importante que consultéis con un profesional para que le realice una valoración y así poder concretar cuales son las necesidades reales, si es que las hubiera, y su posterior intervención.

       Es importante destacar que todos los niños no son iguales, por lo que no se debe generalizar, todo lo descrito anteriormente es para tener una guía de detección, ante cualquier duda es el profesional el que deberá valorarla. Una detección precoz evita un aumento del problema.

Frenillo lingual corto o anquiloglosia

   

   El frenillo lingual corto o anquiloglosia puede provocarnos diferentes dificultades, no solo en el habla como siempre se ha pensado.En este artículo hablaremos sobre que es un frenillo lingual corto o anquiloglosia, cómo se clasifican y qué podemos hacer si nuestro hijo lo presenta. 

¿Qué es el frenillo lingual?

   

   Es un pliegue vertical de mucosa que se encuentra en la cara ventral de la lengua, es decir en la parte de abajo y que la une con el suelo de la boca. No todos los frenillos se catalogan como anquiloglosia.

¿Qué es la Anquiloglosia?

 

   Anquiloglosia significa que la lengua está anclada o atada al suelo de la boca, es decir, que hay un impedimento en la movilidad lingual. Por lo tanto, que la lengua esté limitada en sus movimientos puede provocar alteraciones en las distintas funciones orofaciales.

¿Cómo podemos saber si nuestro hij@ tiene frenillo lingual corto?

 

   Vamos a detallar algunos signos que podemos observar en el bebé: 

 

       Lengua bífida o en forma de corazón

       Retrognatia (posición retraída de la mandíbula)

       Paladar ojival

       Lengua baja en reposo y respiración oral

       Callo de succión

       Escasa ganancia de peso

       Tomas muy largas

       Irritablilidad 

       Chasquidos cuando maman

       Cólicos y/o gases

       Atragantamientos

       Reflujo o regurgitaciones 

       Grietas y heridas en los pezones

       Mastitis y/u obstrucciones

       Baja producción de leche

Y los signos en el niño: 

       Dificultades de elevación lingual

       Dificultades para sacar la lengua mas allá de los labios

       Lengua bífida o en forma de corazón 

       Dificultades al vibrar 

       Lengua baja y respiración oral

       Maxilar estrecho y paladar ojival 

       Apiñamiento dental

       Retrognatia 

       Dificultades en la deglución y/o masticación

       Maloclusiones dentales

       Dificultades de habla

   Por lo tanto, cuando hay anquiloglosia aparecen diferentes estrategias compensatorias que intentar suplir algunas de las necesidades que se han detallado anteriormente y esto provoca que aumenten las alteraciones en las funciones e incida directamente sobre la estructura. 

¿Cómo se clasifican los frenillos linguales?

   Frenillo anterior o tipos 1: con inserción en la punta lingual y en el borde alveolar inferior. 

         Frenillo anterior  o tipo 2 con inserción unos milímetros por debajo de la punta lingual y a unos milímetros de distancia del borde alveolar inferior. 

          Frenillo posterior o tipos 3 con componente submucoso, aunque se observa una pequeña membrana visible. 

          Frenillo posterior o tipos 4 con componente submucoso. No se aprecia a simple vista ya que se encuentra bajo una capa de tejido submucoso completamente. 

 Esta clasificación no implica que un tipo tenga mas gravedad que otro. 

¿Qué hacer si nuestro hijo presenta una anquiloglosia?

 

  Hay diferentes herramientas de valoración de anquiloglosia, es importante que se realice una buena valoración para determinar si es necesaria la cirugía. Dependiendo de la edad, se realiza un tipo de valoración.

 

  Es importante acudir a un especialista para que valores las características y necesidades individuales y decida el tipo de intervención que necesita. Tanto si es necesaria intervención quirúrgica como si no, se debería realiza un trabajo multidisciplinar entre diferentes profesionales, entre los que están incluidos el cirujano, el fisioterapeuta -osteópata y el logopeda.

  El fisioterapeuta – osteópata se encarga de trabajar a nivel de musculatura, fascias y articulaciones que conforman el sistema estomatognático, es decirla mandíbula, músculos de la base de la lengua y musculatura cervical.Además a nivel de cráneo, ya que no olvidemos que éste es maleable y puede sufrir deformaciones durante el embarazo, el parto y por la forma de colocarlo y cogerlo.

  Conclusión

  En resumen, el frenillo lingual corto o anquiloglosia puede causar diferentes consecuencias y estas estarán directamente relacionadas con las funciones orofaciales. 

Se pueden presentar estas dificultades desde el nacimiento, observándose principalmente las dificultades en la lactancia y provocando consecuencias tanto en el bebé como en la madre. 

  Si existe alguna sospecha de que el niño puede tener alguna alteración en el frenillo, es importante que la evaluación la realice un profesional para valorar las necesidades reales.

  No dudes en contactarnos, te asesoraremos y ayudaremos a solucionarlo.

 

¿Cómo estimular el desarrollo de nuestro bebé?

estimulación desarrollo bebé

   Una de las preguntas que nos hacemos cuando nace nuestro bebé es que cosas debe ir haciendo a medida que va cumpliendo meses, ¿Cuándo debe aparecer su primera sonrisa? ¿Cuándo debe quedarse sentado? ¿Cuándo empezará a balbucear? ¿Y a hablar?, conocer estas respuestas y saber cómo estimularlos desde que nacen es importante para fomentar al máximo sus capacidades y ayudar a su desarrollo desde el primer momento.

   A continuación, os vamos a ofrecer una ayuda para potenciar su desarrollo en este primer año de vida. No debemos olvidar que cada niño es diferente, y cuando hablamos de desarrollo infantil es importante que sepamos que los hitos evolutivos no los consiguen en el mismo momento todos los niños; observando, en ocasiones, bastante diferencias de tiempo entre unos y otros, sin que esto signifique que haya ningún problema o retraso en la adquisición de estas funciones.

Desarrollo infantil en los primeros meses de vida

    En principio, cuando nace nuestro bebé lo primero que suelen hacer es ponerlo en nuestro pecho, en contacto piel con piel, es muy importante en estos primeros momentos de vida. Reconocen nuestro olor, el ritmo de nuestro corazón, y esto les ayuda y así conectamos con ellos. El desarrollo de los sentidos en estos primeros meses es fundamental, la vista va evolucionando a medida que pasan los meses, mientras que los otros sentidos, como el oído, olfato o tacto, ya se han ido desarrollando durante el embarazo.

¿Qué podemos hacer?

    La estimulación de los sentidos podemos ir potenciándola desde el inicio, podemos empezar por fomentar el contacto, no usar perfumes ni olores fuertes, hablarle cerca de la cara, utilizando una voz melodiosa y agradable para ellos.

    Es importante para su desarrollo que en estos meses los cambiemos de posturas frecuentemente, sería aconsejable ir poniéndolos boca abajo por períodos cortos de tiempo y siempre controlados por el adulto para ir fomentar su control de cabeza.

    Durante este período también observamos que aparece su primera sonrisa social, al hablarle notamos que nos sonríe en respuesta a lo que le decimos, de esta forma vamos potenciando los vínculos afectivos que vamos creando con ellos.

De 3-6 meses

   En esta etapa nos encontramos que se encuentran cada vez más despiertos e interactivos, aparecen los primeros sonidos vocálicos, a ellos les gusta escucharse y los van repitiendo constantemente, imitarlos y crear turnos en los sonidos les gusta y de esta forma seguimos potenciando su desarrollo socio-comunicativo.

   Al inicio de esta etapa ya controla su cabeza y durante ésta van controlando cada vez más su tronco, hasta que alrededor de los seis meses, cuando van a iniciar la alimentación complementaria, ya se van quedando sentados con ayuda.

¿Qué podemos hacer?

   Comienzan a manipular y a llevarse cosas a la boca, en esta etapa podemos ofrecerles juguetes que puedan chupar y morder, con diferentes texturas y formas.

     Sus primeras carcajadas nos las suelen regalar también sobre los 4-5 meses.https://www.guiainfantil.com/articulos/bebes/estimulacion/estimulacion-para-bebes-de-0-a-6-meses-mes-a-mes/

De 6-9 meses

    En esta fase escuchando sus primeros balbuceos, sonidos repetidos que van creando y variando, normalmente son sonidos bilabiales (/ma/, /pa/, /ba/, …), pero cada niño hace sonidos diferentes, por lo que esto no es una norma. 

    Se muestran muy comunicativos e intentan expresar sus emociones con los sonidos que emiten, aunque aún no hay primeras palabras ya vamos entendiendo qué quieren en cada momento y eso nos va ayudando a entenderlos.

   Cada vez se interesan más por las cosas que encuentran a su alrededor, están en plena etapa de exploración y descubrimiento de su entorno, comienzan los primeros cambios posturales e incluso el rastreo y/o gateo a medida que se acercan a los 9 meses.

¿Qué podemos hacer?

    Cuando llega esta etapa ofrecerles movimiento libre, dejándolos en el suelo, suele ser una buena opción, les damos la oportunidad de ir controlando su cuerpo, voltearse, ….

De 9-12 meses

   Hacia el final de su primer año de vida, nos encontramos que intentan ponerse de pie y ya algunos comienzan a dar sus primeros pasos con ayuda, aunque este aspecto varía mucho entre un niño y otro. Es importante destacar que no debemos forzar ninguna postura ni situación, esperar que ellos mismos estén preparados para llegar a cada hito evolutivo es fundamental y prioritario.

   Su comunicación cada vez es más rica y los sonidos que emite son más variados, ya responden a su nombre y cuando les decimos que “no” a algo. Comienzan a señalar lo que quieren y siguen en su fase de explorar todo su entorno, se suelen comunicar con una jerga expresiva.

¿Qué podemos hacer?

   Durante esta etapa podríamos estimular su desarrollo del lenguaje y comunicación hablándoles con frases sencillas y cortas, ayudarles con nuestro lenguaje gestual. Alrededor de los 12-15 meses suelen aparecer las primeras palabras.

   En conclusión, tenemos que destacar la importancia de la estimulación del bebé atendiendo a todas las áreas de su desarrollo. Dedicarles tiempo para jugar, ayudarlos y acompañarlos en su evolución es esencial, respetando en todo momento sus ritmos y creciendo juntos como familia.

NO SE NOS PUEDE OLVIDAR QUE ELLOS SUELEN IMITAR TODO LO QUE VEN, ASÍ QUE SOMOS SU MEJOR MODELO.